Washington, 22 ene (PL) Funcionarios del Departamento de Justicia de Estados Unidos admitieron que retendrán documentos relacionados con las prácticas de espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), pese a una demanda interpuesta por la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU).
Preet Bharara, fiscal de la Corte del distrito sur de Nueva York, manifestó a la ACLU que las autoridades mantendrían «cierta cantidad» de registros de comunicaciones como material clasificado.
La decisión resulta, de acuerdo con miembros de la entidad, una confirmación de que el Gobierno estadounidense continuará empleando de manera clandestina programas de escucha de conversaciones telefónicas y seguimiento de comunicaciones por Internet, destacó la televisora Russia Today.
La ACLU interpuso una demanda contra el Gobierno basada en la Ley de Libertad de Información, con el objetivo de transparentar los masivos programas de vigilancia desarrollados por la NSA y sacados a la luz en junio pasado por el extécnico del organismo Edward Snowden.
Sin embargo, la Unión… fue informada de que algunos de los documentos que debían explicar tales prácticas serán retenidos bajo el mandato de la denominada Ley Patriota.
Hasta el momento sigue sin conocerse detalles sobre un programa de la Agencia Central de inteligencia (CIA) que registra información sobre transferencias de dinero a nivel global, sobre el cual comentaron en noviembre los diarios The New York Times y The Wall Street Journal.
Parece que el Gobierno oculta la existencia de otros programas de espionaje como el seguimiento de nuestros registros financieros, escudándose en la Ley Patriota, explicó Alexander Abdo, abogado de la ACLU, citado por el diario británico The Guardian.
El viernes, durante un discurso en el Departamento de Justicia, el presidente Barack Obama emitió una directiva con nuevas reglas para la recolección de datos, al tiempo que prometió que los servicios de inteligencia cesarán de controlar las comunicaciones de líderes de los países aliados.
Sin embargo, dejó en claro que las operaciones de espionaje continuarán en todo el mundo.
Una reciente encuesta de la empresa Gallup encontró que un 53 por ciento de los estadounidenses se oponen al programa secreto de recolección de datos desarrollados por la NSA.