Endedans aporta sensaciones memorables a danza cubana

Por Martha Sánchez Martínez

Camagüey, Cuba, 26 ene (PL) La compañía cubana de danza contemporánea Endedans esparció hoy sensaciones de intenso placer con el estreno mundial de Momentos en el viento y la reposición de algunas obras distintivas de su repertorio.

Un público compuesto mayormente por cubanos y norteamericanos que vinieron a la isla expresamente para contemplar esta temporada, cayó en una especie de estado de embriaguez ante la excelencia técnica y dramatúrgica del conjunto dirigido por la reconocida creadora Tania Vergara.

El coreógrafo norteamericano Pedro Ruiz supo trasladar a Momentos en el viento la sensación de movilidad y dinamismo que invade al caminante en esta laberíntica ciudad, ubicada a unos 500 kilómetros de La Habana.

Los bailarines de Endedans integraron a esa perspectiva ritmo, sensualidad y una brillantez en la ejecución de los pasos que realzó la excepcionalidad de esta urbe con sus calles intrincadas y arquitectura sorprendida por una mezcla de estilos desde la colonia hasta la misteriosa depredación del siglo XXI.

Un montón de aplausos de varios minutos de duración confirmó el éxito de la puesta en tres días consecutivos de funciones que culminaron este domingo en el Teatro Principal de Camagüey.

El programa comenzó con la obra ganadora del Premio Iberoamericano de Coreografía en 2006, A los confines de la tierra, en la cual Vergara escudriña límites del alma a partir de la necesidad del otro, la partida, la ausencia, los encuentros y desencuentros.

Ninguna compañía del país ha sido capaz de interpretar esta pieza con tal sublimidad y poesía como la concebida por Endedans.

La muerte del hombre, coreografía también de Vergara, además de exponer el hastío ante la desmesura organizativa y tecnológica de la sociedad moderna, transmite a su vez una esperanza de escape o transformación de la vida al margen de la firmeza del entorno.

El bailarín René Montes de Oca alcanza esa figuración idílica con mayor madurez en cada puesta y convence al público que comienza a ver esta obra con escepticismo pero termina por sucumbir a la necesidad intrínseca de expresión sin ataduras, bien vale el esfuerzo por lograr la diferencia.

Otra composición de argumento profundo cerró la primera parte del programa de las funciones, Las Bernaldas; el entierro de la vida, en la cual Vergara sugiere una comprensión de la recia mujer henchida de temores que Federico García Lorca describió como una déspota.

La solista en esta creación, Maisnelys Lavín, asumió con la dosis exacta de teatralidad el conflicto del ser enjaulado a voluntad, acechado por demonios personalísimos, mientras seis bailarinas encarnaron con plena convicción otras proyecciones del personaje.

Si bien las féminas de la compañía merecen elogios, resulta justo reconocer que el desempeño de los varones aporta plenitud sentimental, multiplica energías, pues Endedans cuenta con excelentes partenaires aficionados al lucimiento técnico y a la danza como arte y medio de disfrute.

Esto, a menudo olvidado por las agrupaciones danzarias en aras del mercantilismo y la simple demostración de movimientos como un acto circense, define en la actualidad a la compañía de Camagüey, inmersa en motivar sensaciones de placer que el auditorio inexorablemente compartió.

Los intentos de algunos por aplazar sus pasajes a fin de dilatar la estancia en aquella ciudad cubana para ver todas las funciones, fueron prueba suficiente, dichosos quienes pudieron lograrlo.

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