Comienza juicio contra acusados de masacre carcelaria en Brasil

PL

Sao Paulo.-  El tercer juicio contra policías acusados de la matanza en 1992 de 111 presos en el presidio de Carandirú, Brasil, comienza hoy en la Sala de lo Criminal de la localidad Barra Funda, de esta urbe.
El proceso estará presidido por el magistrado Rodrigo Tellino de Aguirre Camargo y en esta ocasión se presentarán cargos contra 15 gendarmes, inculpados por la muerte de ocho penados del tercer piso de la antigua prisión de Carandirú, donde fueron ejecutados 111 reos del Pabellón nueve.
El pleito se iniciará con la selección de las siete personas que serán jueces legos; posteriormente se escucharán los alegados de 11 testigos (seis de la defensa y cinco de los acusados).
Considerada como la peor violación de derechos humanos registrada en la historia de la penitenciaria de Brasil, este hecho generó gran repulsa nacional e internacional, que presionaron para llevar ante los tribunales a los culpables.
En el primer juicio, realizado en abril del pasado año, fueron encausados 23 policías de un total de 79, mientras que en el segundo proceso, efectuado en agosto último, otros 25 agentes recibieron condenas de 624 años de prisión por la muerte de 52 internos que ocupaban el tercer piso del pabellón nueve.
Se prevé que este juzgamiento se extienda toda la semana, pues deberán presentarse pruebas que aseguren la condenas de los imputados.
En el inicio de este proceso, en abril de 2013, el perito criminal Osvaldo Negrini denunció la alteración de la escena del crimen por las autoridades policiales y señaló que lo ocurrido en Carandirú fue una masacre pues la mayoría de los reos murieron ametrallados dentro de sus celdas y después los cadáveres fueron llevados a otro lugar.
El hecho de que los cuerpos de 111 presos fueron encontrados amontonados demuestra que hubo levantamiento de cuerpos sin vida, subrayó.
Detalló que no se encontraron los casquillos de los proyectiles usados, lo cual impide individualizar las acusaciones

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No obstante, aseguró no tener duda que los presos sean ejecutados, pues había una infinidad de balas incrustadas en las paredes de las celdas, así como marcas en líneas, lo cual corrobra la utilización de ametralladoras.
La historia de este sangriento hecho estaba escrita en los muros de los calabozos, enfatizó.
Algunos cadáveres fueron encontrados desnudos, lo cual certifica que fueron asesinados después de rendirse a las autoridades del orden, indico.

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