Llegan en bicileta a la Fonteca con la «Rodada Sonora»

REDACCIÓN.- Con la participación de ocho ciclistas se llevó a cabo la mañana del sábado 15 de febrero la Rodada Sonora, cuyo objetivo es sensibilizar a los participantes sobre la riqueza de ambientes y sonidos que encierra la Ciudad de México, en sus calles y avenidas.
Desde las 10:00 de la mañana, comenzaron a llegar al portón principal de la Fonoteca Nacional diversos entusiastas, interesados en conocer más de este concepto basado en la metodología Caminata Sonora, acuñada por Murray Schaffer.
Guillermo Aguilar, promotor sonoro, encargado del recorrido de este sábado que abarcó de la Fonoteca Nacional al Museo de Ciencias de la UNAM, Universum, afirmó que este proyecto ha permitido a muchas personas abrir su perspectiva y descubrir todo un mundo de matices y sonoridades, que muchas veces no es tomado en cuenta aún cuando los rodea las 24 horas del día.
“Un día Murray Schaffer se dio cuenta que sus alumnos de música no sabían escuchar y por ello les puso como ejercicio, que le dijeran cinco sonidos que habían captado durante el día y se sorprendió aún más cuando se dio cuenta que a lo mucho le decían dos o tres, de ahí fue que decidió crear el concepto de recorrido sonoro en el que la principal atención está enfocada al ambiente”, comentó Aguilar.
Los ocho ciclistas que participaron este sábado en la rodada sonora partieron de la Fonoteca Nacional por la calle de Francisco Sosa para después subir por la calle Ignacio Zaragoza hacia la colonia Romero de Terreros. Posteriormente emprendieron la ruta de Copilco hasta llegar a Ciudad Universitaria donde se incorporaron al circuito Mario de la Cueva, llegando a Universum, aproximadamente a las 12:00 del día.
“Vamos a una velocidad muy tranquila, apagamos celulares y cualquier otro aparato que emita sonidos y pedaleamos en total silencio por las calles con la idea de captar lo más posible el ambiente que nos rodea. Es curioso como en bicicleta se es muy consciente del cambio en los sonidos de un lugar a otro”, comentó el promotor.
Durante su estancia en Universum, los participantes realizaron algunos ejercicios sonoros, entre ellos la comunicación a distancia en la escultura principal del museo, además de tener una sesión de reflexión en la que compartieron con sus compañeros los sonidos que más les habían llamado la atención durante el recorrido. Por último, los promotores los invitaron a hacer un ejercicio de memoria en el que cada uno recordó algún momento sonoro que los marcó en la niñez.
“Es muy interesante ser testigo de las diversas maneras en que los participantes captaron los sonidos del recorrido. Algunos ponen atención en unos sonidos específicos como puede ser el instrumento de un músico de calle, otros en los pájaros y los árboles, es decir, cada quien tiene una interpretación y eso es lo más interesante de este concepto, nos permite conocer el universo sonoro de cada persona”, concluyó Guillermo Aguilar.

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