Se fue el el humanista cartaginés: Luis Villoro

Se fue el último de los grandes maestros humanistas. Parece increíble que este hombre que abrazó hace unos días a su hijo Juan al incorporarse como nuevo miembro de El Colegio Nacional haya vivido y haya escrito tanto sobre la sociedad mexicana del siglo XX. Fue un histórico. Desde estudiante conformó parte del ahora mítico grupo Hiperión en el que se dedicaron a crear una tradición filosófica americana comparando la escuela europea de Heidegger y Sartre con la mexicana de José Vasconcelos y Samuel Ramos.

El maestro de Luis fue ni más ni menos que el trasterrado por la Guerra Civil, José Gaos. Al lado de Luis Villoro estaba Emilio Uranga, Joaquín Sánchez McGregor y el gran pensador latinoamericano, Leopoldo Zea. Luis Villoro dedicó todos sus esfuerzos por entender y enseñar las ahora olvidadas humanidades: la historia y la historiografía, la fenomenología y el existencialismo, las letras y la filosofía. Nacido en Barcelona, España en 1922, de madre mexicana, Luis Villoro fue director de la Revista de la Universidad y embajador mexicano ante la UNESCO.
En su afán de transpolar el conocimiento a la teoría y de ésta a la práctica, siempre estuvo preocupado por analizar la condición humana dentro de la injusta realidad en que viven la mayoría de los ciudadanos mexicanos dentro de un Estado moderno y supuestamente democrático. Bajo este pensamiento Villoro filósofo, Luis humanista no dudó en apoyar y tratar de comprender el alzamiento del EZLN en 1994, convirtiéndose en uno de los intelectuales que intentaron que este movimiento indigenista prosperara. Más de una docena de libros de filosofía, historia y antropología son el legado de este Cartaginés –como lo llamó su hijo debido a la región española en que nació- que se aferró a ser mexicano y a tener el color de esta tierra americana.

Hoy 5 de marzo a los 91 años de edad se fue este Pegaso, como el que está en la fuente de Palacio Nacional –dice Juan Villoro en un ensayo-; Pegaso que representa al mundo clásico venido de España y a la vez el vuelo trágico venido a menos que es la esencia barroca mexicana.

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