Desafío

Por Rafel Loret de Mola

*Juventud en Riesgo

*Entregar Soberanía

*Límites a “los fox”

No puedo escribir que me asombró; en realidad, lo esperaba porque había olfateado el entorno y el paisaje ennegrecido de una nación sin gobierno o con un profundo vacío de poder. Quizá por ello, los festines por la captura del célebre Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, hacen sentir un poco más seguro al huésped PERENTORIO –con mayúsculas- de Los Pinos. No hay mal que dure un sexenio. Pues bien, les decía que no me sorprendí. Pregunté a un auditorio repleto de universitarios, en un campus de Toluca pero ya en el municipio de Zinacantepec, cuántos de los allí presentes quisieran parecerse al coterráneo de la mayoría; y sólo tres, entre más de cuatrocientos, se atrevieron a levantar la mano, entre ellos una maestra que luego se arrepintió. Enseguida, cuestioné a cuantos les gustaría tener una vida como la de “El Chapo”… y la respuesta fue abrumadora, como si fuese ésta, otra vez, la era de los pistoleros icónicos o de los mafiosos, al estilo de “El Padrino” de Mario Gianluigi Puzo.

Sí, como me dijo uno de los capos mayores, hace años, muy cerca de Ciudad Juárez y del otro lado de la frontera, esto es no muy lejos de El Paso, Texas:

–Ya sé: a mí o me entumban o me entamban… pero, mientras llega loa hora, me la paso a toda madre. Tengo las mejores hembras, las mejores casas, los mejores autos. Para quien viene de los barrios bajos… es mucho mejor que vivir la muerte desde que se nace.

No, desde luego que no quiero hacer un panegírico de los grandes narcotraficantes, señores que suelen ser intocables durante una época y muy vulnerables cuando pierden controles y nexos con la clase política. Mi propósito es entender por qué, como un virus expansivo a punto de causar una pandemia, miles se manifiestan en Sinaloa, la cuna de los mayores “capos” desde Ernesto Fonseca Flores hasta “El Chapo” y cuantos fueron sus lugartenientes y que luego lo dejaron solo, en una alcantarilla de Culiacán, pidiendo no únicamente la excarcelación del temible personaje –quien ya reconoció haber ordenado la ejecución de entre dos o tres mil personas-, sino, por parte de las altas bellezas de ojos negros de la región, hasta la petición de que les “haga” un hijo.

Así el nivel de la idolatría; así, la confusión social que genera más simpatía por quienes delinquen a sangre y fuego y no por los miembros de la descalificada clase política, entre ellos no pocos cómplices de las mafias que dicen perseguir. ¿Verdad señores fox?¿O colocamos, en el mismo nivel, a calderón, genaro garcía luna, y una decena más de rostros muy conocidos, por perniciosos, por la mayor parte de los mexicanos. Sólo algunos se desentienden de ello porque no está a su alcance la comprensión de lo absurdo.

Acaso, en la cercana mañana mexiquense, apenas una semana después de que pasó por este suelo la caravana de “La Bestia” –la blindada limusina del presidente de los Estados Unidos-, muchos despertaron a la realidad. Nuestra juventud ya no cree en sus autoridades, mucho menos en el mandatario federal que es de estas mismas tierras no confía en las informaciones contradictorias ni en las conclusiones de la Procuraduría General de la República. Dudan, sí, sobre la filiación del encarcelado ex cabecilla de la “Confederación de Sinaloa” –cambió el término “cártel” por éste cuando calderón mandó proponerle a “El Chapo” el mando único de los grupos de narcotraficantes para posibilitar una puesta de acuerdo-, que se renovó con bastante mayor rapidez, y hasta discreción, en cuanto cayó la leyenda, tan exaltada y penetrante en las mentes juveniles sobre todo, del “intocable” que revolucionó la economía de su querida Sinaloa con la anuencia y complicidad –no existe otra explicación- de los funcionarios locales, incluyendo al gobernador Mario López Valdés “Malova”.

¿Qué puede entenderse al leer la leyenda: “no creemos en ningún mandatario pero sí en nuestro “Chapo”, como tremenda bofetada hacia los gobiernos cuyas corruptelas propiciaron el auge de los bandoleros disfrazados de falsos benefactores, negociantes de las drogas que dañan mentes y cuerpos?¿Cuántos periodistas han caído por el solo hecho de mencionarlos?¿Y cuántos más perseguidos por los gobiernos bajo las cortinas de humo extendidas por la delincuencia organizada, que cumple con ciertas tareas sucias a cambio de la ansiada impunidad?

En este enredo vivimos los mexicanos. Ya no me parece sólo una broma el que, en los corrillos de la PGR, se extienda el rumor acerca de lo buen candidato presidencial que podría ser Ismael Zambada, “El Mayo”, o Dámaso López, llamado a ser el sucesor en el mando del grupo sinaloense que se extiende por veinte entidades del país y más de cincuenta naciones del orbe? Y es que la entronización de Dámaso llegó de manera inesperada, filtrada no por los tantos elementos de seguridad mexicanos sino por los inefables y entrometidos agentes de la DEA. Desde que volvieron a asentarse en nuestras narices, comenzó a revelarse algunos entretelones que no siquiera conocían en la Procuraduría General ni en la flamante Agencia de Investigación Criminal ni en el moribundo CISEN. Quienes tienen los hilos conductores en las manos… son los espías estadounidenses. ¿Ya ven para qué sirven?

A cambio de ello, de facilitarles el camino a los vecinos del norte para atrapar “al hombre más buscado”, México y su gobierno parecen rebasados. Yo no sé por qué festejan tanto cuanto les exhibe como lacayos del gran poder continental. ¿No nos damos cuenta, el gobierno y quienes somos sus cautivos permanentes, de que tal correlación nos acerca, sin remedio, a la condición de estado fallido? Este es el verdadero desafío, el mayor de todos: a medida de que entregamos las responsabilidades a los foráneos, gritamos la incapacidad propia, institucional diríamos, para proceder sin tutores endemoniados y ambiciosos, ávidos de obtener cuanta riqueza tengamos, sobre todo la del subsuelo.

Quizá por ello mismo, los jóvenes quieren parecerse a “El Chapo” y no a peña nieto. Aunque uno sea el criminal y el otro represente al Estado y al gobierno, siempre y no sólo cuando se coloca la banda tricolor sobre el pecho, tan mancillada y hasta besada por aquel calderón quien nos condujo durante el sexenio de la violencia. ¿Van a quedar impunes cuantos posibilitaron este drama que hoy comienza a extender en las mentalidades jóvenes ahítas de manipulaciones oficiales y del mal quehacer de los gobernantes-títeres?¿No entenderán los actuales usufructuarios del poder, PERENTORIOS –vuelvo a subrayar con mayúsculas-, que sólo poniendo fin a la impunidad de los “intocables” ex presidentes, que nos cuestan una millonada a los mexicanos incluyendo a los muertos como miguel de la madrid, podrán recuperar algo de la credibilidad perdida? Verán entonces, si se atreven, cómo cambia la perspectiva de las manifestaciones sin necesidad de que abran las bocas asombrados y rebasados por las acciones civiles?

Igualmente resulta extraño que quienes se pronuncian a favor de los criminales no cometan delito alguno de acuerdo a la legislación que posibilita la libre exposición de las ideas. Pero, ¿incluso las perniciosas y subversivas? Esta es la cuestión. En España, en donde la ruina llega de mano de los neofascistas, existe una ley que prohíbe “la exaltación del terrorismo, para reventar a quienes exaltan, entre otros, a los etarras vascos en fase, dicen y nadie les cree, de desarme. Este podría ser un camino para no posibilitar que se encumbre a los mafiosos, hasta convertirlos en superhéroes sin capas, como efecto de un profundo malestar contra el gobierno. En el fondo, por desgracia, pervive este acento: la sensación de que nos están engañando… aunque no sea así. Y es esto lo que debe, tiene que cambiar. Ya.

Debate

En los primeros días de mayo de 2013, Barack Obama visitó la ciudad de México. En su agenda, aparte de apretar las tuercas para las reformas en cierne –ya dadas-, figuraba un punto sobresaliente: retomar las condiciones, aceptadas de facto por calderón, en el sentido de mantener a decenas de marines camuflados en la Armada de México. Por esta razón –y miren cómo nos llegó la respuesta sobre el por qué la marina actuaba fuera de sus lindes y funciones específicas-, el señor peña nieto, todavía con visión de presidente pleno de ilusiones de futuro, se negó a secundar la minuta y Obama se fue con gestos poco amigables, enjuto por la reserva de su par mexicano y dolido por cuanto él consideró desconfianza.

Meses después, el miércoles 19 de febrero pasado, todo pareció distinto. El señor peña dejó esperando a los mandos militares, en su día, hasta bien pasadas las diez d la noche, para concentrarse en su reunión con el mandatario estadounidense; y éste se observó relajado, con otro talante, como si todas las diferencias se hubiesen superado: no sólo por la aprobación de las reformas que tanto benefician a los inversionistas foráneos sino, sobre todo, por lograr el aval del presidente mexicano para la reincorporación de los marines. Y, por ello, precisamente, desde el lunes 17 hasta el sábado 21 se llevó adelante la llamada “Operación Gárgola” –como las de Notre Dame, en París, que representan a seres imaginarios, pero monstruosos y esquivos-, no sé si por suponer que el escurridizo Guzmán Loera era igualmente fruto de la ficción hecha realidad.

El hecho es que el objetivo inicial se cumplió y tal no admite réplica. ¿Qué se encogió el criminal porque hay fotografías, de hace dos décadas atrás, que lo muestran uno o dos centímetros más alto?¿Acaso no sabemos que la edad no es un cuento y va disminuyendo la fortaleza física hasta reducirla? Y, entonces, ¿las orejas y el mentón? Esto es como si no existieran cirugías faciales a las que se accede sencillamente. Pero las falacias corren y se arraigan en la mente de la colectividad porque, en serio, las versiones oficiales nos parecen, per se, repelentes.

Lo más grave de todo ello es que con las actuaciones de los marines y los agentes de la DEA, el NSA, la CIA y el FBI, usando “drones” –aviones no tripulados- para rastrear hasta el andar de una hormiga, nos han colocado en el abismo de la ingobernabilidad. Y todavía festejan quienes aseguran que con ello la imagen presidencial se ha vindicado. Por favor.

La Anécdota

Desde que hicieron crecer la heredad de San Cristóbal, en el antiguo territorio de “Las Poquianchis”, los fox omitieron señalar que tales extensiones del rancho familiar se hicieron sobre el sitio donde funcionaba el mayor laboratorio de refinación de cocaína en el país; también, que en los lindes de la enorme propiedad, los vecinos no eran sino miembros… del “cártel de Sinaloa”, mucho tiempo atrás avecindados por allí.

Pero nadie indaga, oficialmente, sobre los extraños sucesos allí acaecidos. Como, por ejemplo, las inexplicables muertes de dos miembros del Estado Mayor Presidencial, al servicio de martita la de las muchas faldas, en el estanque cercano al templo faraónico del ego foxista. ¿Sólo coincidencias?

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Web: www.rafael-loretdemola.mx

E-Mail: loretdemola.rafael@yahoo.com

DESHACER LOS ENTUERTOS ES LA TAREA MÁS DELICADA DEL SUPERIOR GOBIERNO SI QUIERE GANAR LA GUERRA DE LA CREDIBILIDAD PÚBLICA. NO SE TRATA ÚNICAMENTE DE zedillo, fox, calderón y ACASO salinas TAMBIÉN SINO DE LAS REDES CREADAS POR ELLOS COMO, POR EJEMPLO, LA DESIGNACIÓN DE DÁMASO LÓPEZ NÚÑEZ, PADRE DEL ACTUAL CABECILLA DEL CÁRTEL SINALOENSE, EN LA SUBDIRECCIÓN DE “SEGURIDAD” DEL PENAL DE PUENTE GRANDE, EN JALISCO, DESDE DONDE PROPICIÓ LA FUGA DE “EL CHAPO”. EL NEXO NO PUEDE SER MÁS CLARO… SOBRE TODO PORQUE SE EVIDENCIÓ APENAS MES Y MEDIO DESPUÉS DE LA ARRIBAZÓN foxista AL PALACIO NACIONAL.

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