Putin desestima advertencias de Obama en escalada de crisis en Ucrania

N22
El presidente Vladimir Putin desestimó una advertencia del mandatario estadounidense, Barack Obama, sobre la intervención militar de Moscú en Crimea y dijo el viernes que Rusia no puede ignorar los pedidos de ayuda de la población rusoparlante de Ucrania.
Tras una conversación telefónica de una hora, Putin afirmó en un comunicado que Moscú y Washington aún tienen posiciones muy alejadas sobre la situación en la ex república soviética, donde, dijo, las nuevas autoridades habían tomado «decisiones absolutamente ilegítimas sobre las regiones oriental, sudoriental y Crimea».
«Rusia no puede ignorar los pedidos de ayuda y actúa de acuerdo a eso, en total respeto de la legislación internacional», sostuvo Putin.
Guardias fronterizos en Ucrania dijeron que Moscú había enviado más tropas a la península sureña ocupada por fuerzas rusas.
Serhiy Astakhov, asesor del comandante de la guardia fronteriza, dijo que había ahora unos 30.000 solados rusos en Crimea, comparado con los 11.000 que estaban permanentemente basados en el lugar con la flota rusa del Mar Negro en el puerto de Sebastopol antes de la crisis.
Putin niega que esas fuerzas estén bajo sus órdenes, pese a que sus vehículos tienen matrículas militares rusas.
La confrontación más seria entre Oriente y Occidente desde el fin de la Guerra Fría, provocada por la destitución el mes pasado del presidente Viktor Yanukovich tras protestas violentas en Kiev, escaló el jueves cuando el Parlamento de Crimea, de mayoría étnica rusa, votó a favor de que la región se una a Rusia.
El gobierno local fijó un referéndum sobre ese punto para el 16 de marzo.
Líderes de la Unión Europea y Obama denunciaron el referéndum como ilegítimo y dijeron que violaría la Constitución de Ucrania.
El jefe de la Cámara Alta del Parlamento ruso dijo el viernes después de reunirse con legisladores de Crimea que la región tiene derecho a la autodeterminación y descartó cualquier riesgo de guerra entre «las dos naciones hermanas».
Antes de llamar a Putin, Obama anunció las primeras sanciones contra Rusia desde el inicio de la crisis y ordenó prohibiciones de visas y congelamientos de activos contra personas hasta ahora no identificadas, consideradas responsables de amenazar a la soberanía de Ucrania.
Japón respaldó la postura occidental respecto a que las acciones de Rusia -cuyas fuerzas tomaron el control de la península de Crimea- constituyen «una amenaza a la paz y seguridad internacional» después de que Obama conversó con el primer ministro nipón, Shinzo Abe.
China, a menudo un aliado de Rusia a la hora de bloquear medidas occidentales en el Consejo de Seguridad de la ONU, fue más cauta y dijo que la imposición de sanciones económicas no es la mejor manera de resolver la crisis y evitó comentar sobre la legalidad del referéndum de Crimea.
La Unión Europea, el mayor socio comercial y cliente energético de Rusia, adoptó un plan de tres etapas para intentar forzar una solución negociada, pero no instauró sanciones inmediatas.
Bruselas y Washington también se apresuraron a fortalecer a las nuevas autoridades en Ucrania, golpeada económicamente, y anunciaron la entrega de ayuda política y financiera.
Moscú acusó a la UE de tomar una «posición extremadamente poco constructiva» al congelar las negociaciones sobre un alivio a las trabas a las visas que complican los viajes entre Rusia y el bloque y advirtió que se tomarán represalias si se imponen sanciones.
DIFERENCIAS IMPORTANTES
Obama dijo que en su conversación telefónica con Putin instó al mandatario a aceptar los términos de una posible solución diplomática para la disputa sobre Crimea que considere los legítimos intereses de Rusia en la región.
Putin fue desafiante respecto a Ucrania y afirmó que Yanukovich, que es partidario de Moscú, había sido destituido en un «golpe anticonstitucional».
Sin embargo, remarcó lo que calificó como «la importancia suprema de las relaciones ruso-estadounidenses para asegurar la estabilidad y la seguridad en el mundo», dijo el Kremlin.
«Estas relaciones no deberían ser sacrificadas por diferencias individuales, aunque sean muy importantes, ante problemas internacionales», afirmó Putin.
Los 28 países que forman parte de la Unión Europea dieron la bienvenida al primer ministro ucraniano, Arseny Yatseniuk, a una cumbre de emergencia, aunque Kiev no es miembro ni un candidato reconocido para unirse al bloque.
Tras volver a Ucrania, Yatseniuk dijo que nadie en el mundo civilizado reconocería el resultado del «llamado referéndum» en Crimea.
En Crimea, la situación era calma, aunque el jueves se prohibió la entrada a la península de 35 observadores militares desarmados enviados por la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) luego de arribar al puerto ucraniano de Odessa, en el sur del país.
Un enviado especial de la ONU que viajó el martes a la capital regional, Simferopol, fue rodeado por manifestantes pro rusos, algunos de ellos armados, que lo obligaron a abandonar el país.

 

«Este anuncio de que ya somos parte de Rusia provoca sólo lágrimas», dijo Tatyana, de 41 años y origen ruso. «Con todos estos soldados aquí, es como si viviéramos en un zoológico. Todos entendemos perfectamente que esto es una ocupación», afirmó.

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