Kiev, 9 mar (PL) El primer ministro interino de Ucrania, Arseny Yatsenyuk, confirmó hoy en una reunión del gabinete impuesto tras el derrocamiento del mandatario electo, Víktor Yanukóvich, que viajará a Estados Unidos en busca de respaldo.
La reunión del Gobierno del próximo miércoles 12 de marzo la encabezará el primer vicepresidente del Ejecutivo, Vitaly Yarema, ya que me voy a Estados Unidos para celebrar reuniones al más alto nivel para resolver la situación de Ucrania, afirmó citado por la agencia de noticias Unian.
De manera simultánea, la revista Newsweek publicó una entrevista a la ex primera ministra ucraniana y jefa del partido de Yatsenyuk, Batkivschina, Yulia Timoshenko, quien instó a Washington y Gran Bretaña a una intervención más decidida en su país.
Llamo a los líderes mundiales a no dejar a Ucrania sola en el conflicto con Rusia, dijo en relación con la situación imperante en Ucrania tras la defenestración de Yanukóvich y la imposición de nuevas autoridades por un Parlamento ocupado y vigilado por sectores neofascistas.
Timoshenko invocó el Memorándum de Budapest de 1994 sobre protección de su país por haber renunciado a los arsenales nucleares, e indicó que Gran Bretaña y Estados Unidos son los garantes de la paz en Ucrania.
Gracias a este acuerdo tenemos que evitar la guerra, dijo.
Las negociaciones no deben celebrarse entre Ucrania y Rusia, señaló al reclamar la intervención de quienes de manera reiterada denominó líderes mundiales.
En tanto, el jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, Martin Dempsey, sostuvo que el Ejército de su país está preparado para respaldar a la OTAN si los disturbios en Ucrania se intensifican.
Denpsey dijo en una declaración publicada en la web del Consejo del bloque noratlántico que ha estado hablando con sus contrapartes militares en Rusia.
Sin embargo, subrayó que también está enviando un mensaje claro a Ucrania y los miembros de la OTAN de que las tropas estadounidenses responderán militarmente si es necesario.
Dempsey aludió en reiteradas ocasiones a las obligaciones de Estados Unidos con la OTAN para asumir un tono amenazador respecto a un incremento de la rebeldía de la población ruso parlante del este de la república exsoviética, inmersa en el caos tras el derrocamiento del presidente elegido Yanukócvich.