Al borde del descarrilamiento, línea 12 del Metro DF

(ng) Con apenas año y medio de vida, la Línea 12 del Metro es un peligro para los usuarios.

Estudios técnicos encargados por el STC y Proyecto Metro (PMDF) –entidad responsable de la obra–, de los cuales REFORMA tiene copia (el más reciente del 4 de marzo), revelan que los convoyes corren al borde del descarrilamiento.

Las fallas técnicas y estructurales de la Línea Dorada ponen en riesgo a los 435 mil pasajeros que, en promedio, recorren cada día los 24.5 kilómetros entre Tláhuac y Mixcoac.

En el trayecto entre Tláhuac y Atlalilco, de 14 kilómetros, se registra desgaste ondulatorio en rieles, lo cual provoca desniveles y alineaciones fuera de los parámetros normales.

El tramo de mayor peligro es el que corre de manera elevada, y el punto crítico se ubica en la zona de curvas, de las estaciones Zapotitlán a Nopalera, de Olivos a Tezonco, y de Lomas Estrella a San Andrés Tomatlán, entre otros.

Este desgaste en los rieles ha provocado también daños a las ruedas férreas de los trenes, al grado que 6 de los 30 convoyes ya están fuera de servicio.

El ondulamiento en los rieles provoca que las ruedas, al circular, en lugar de deslizarse, golpeen sobre éstos, lo que produce una fuerte vibración y ocasiona también la caída de tensores de catenaria (cable aéreo de alimentación eléctrica).

Las fallas en la Línea 12 también han ocasionado fisuras en los durmientes, así como aflojamiento y fractura de los dispositivos que fijan las vías.

En un año se han cambiado 4 mil 800 durmientes y 11 mil grapas que sirven para sujetar el riel al durmiente, según reportes internos del PMDF a los que se tuvo acceso.

Además ha obligado a cortar el suministro durante varios minutos, como el que ocurrió el 11 de febrero en la interestación Tezonco-Periférico Oriente.

Debido al peligro que puede representar, las autoridades del Metro determinaron bajar la velocidad a los convoyes.

Aunque la Línea 12 se diseñó para que la circulación fuera de 80 kilómetros por hora, los convoyes lo hacen apenas a 35 y en los tramos críticos la velocidad es todavía menor, como se pudo constatar en diversos recorridos.

Esto genera que el recorrido por las 20 estaciones se realice en 60 minutos, es decir, 50 por ciento más tiempo que el planeado.

La circulación a baja velocidad también es llamada por el STC «marcha lenta» o «marcha de seguridad» y es utilizada en la Línea A en las zonas donde existen hundimientos de la vías y quebrantamiento del cajón estructural, o en la Línea 2 para evitar deslizamientos de trenes cuando se presenta lluvia y los rieles se tornan resbalosos.

«Un punto que incide directamente en la seguridad y evita un descarrilamiento es mantener la vía en la tensión especificada», refiere el documento.

La Línea 12 del Metro fue la obra magna del gobierno de Marcelo Ebrard, con un costo de 26 mil millones de pesos.

Su construcción corrió a cargo del consorcio ICA-Alstom-Carso.

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