Naciones Unidas, 31 mar (PL) Expertos de Naciones Unidas en derechos humanos solicitaron hoy a las autoridades de Egipto anular la sentencia a muerte anunciada la semana pasada contra 529 personas, para las cuales pidieron un nuevo juicio.
«El derecho a la vida es fundamental, no un juguete (…). Las leyes internacionales requieren el más estricto respeto a varios estándares básicos, si los países con la pena capital vigente van a utilizarla», señaló en un pronunciamiento el grupo de ocho especialistas.
Según el documento emitido desde la sede de la ONU de Ginebra, Suiza, los expertos se declararon consternados por «la falta de claridad de los cargos esgrimido para la condena», divulgada el anterior lunes contra integrantes de la proscrita Hermandad Musulmana.
Algunos de ellos fueron sentenciados por asociación ilícita y otros delitos que no incluyen el asesinato, advirtieron.
Los acusados fueron declarados culpables luego de ataques a comisarías y otras instalaciones, en los que murieron un jefe policial y un agente, en agosto pasado, durante protestas por el derrocamiento del presidente Mohamed Morsi.
Para los expertos en cuestiones vinculadas a los derechos humanos, el juicio de dos días desarrollado en Egipto contra los encartados estuvo lleno de irregularidades.
Un proceso así, además de afectar la reconciliación nacional, deja ver la necesidad de serias y abarcadoras reformas en un sistema legal que permite tales decisiones, dijeron los especialistas, quienes llamaron la atención sobre al menos otros 600 acusados bajo cargos y circunstancias similares.
El grupo demandante de un nuevo juicio lo integran entre otros el relator especial sobre Ejecuciones Arbitrarias y Sumarias, Christof Heyns, y sus homólogos para la Independencia de Jueces y Abogados, Gabriela Knaul; la Tortura y Otros Tratos Inhumanos y Degradantes, Juan Méndez, y la Promoción de la Verdad, la Justicia y la Reparación, Pablo de Greiff.
De acuerdo con el documento circulado aquí, los expertos seguirán de cerca la situación, por su importancia para el futuro del país norafricano, marcado por la inestabilidad, la violencia y la polarización desde las protestas populares que en 2011 provocaron la renuncia de Hosni Mubarak.