GENERADOR DE CHANGARROS

Por Guillermo Robles Ramírez

En los últimos siete años, pero con mayor recurrencia en lo que va de éste 2014, se han asentado a plena vista un incremento notorio en la entidad de Coahuila, así como en el resto del país, los anuncios en donde predominan más los relacionados con renta y venta tanto en  locales comerciales, departamentos e inclusive en casas en zonas residenciales. En los casos en donde no hay tal anuncio simplemente la propiedad se encuentra en un total abandono y en otros; en el mejor de los casos sus propietarios optaron por cerrar puertas y ventas con block o ladrillo indicando que durante un buen tiempo no serán habitadas.

En las últimas semanas por razones de trabajo he recorrido los 38 municipios coahuilenses y en todos ellos lucen el mismo panorama con similares características de sus anuncios y abandonos de inmuebles. Pobladores de esas cabeceras municipales comentan sobre la crisis del mismo país aunado con la inseguridad provocada en el combate del crimen organizado, como también el conflicto entre éstos mismos grupos en la pelea por su plaza; mucha gente optó por abandonar aquello que generaba un patrimonio familiar o aquel inmueble considerado como tal para ir en busca de mejores condiciones de vida.

Esa situación como el alcohol en donde no se respeta edad, sexo y ni posición económica; también llegó hasta en aquellas residencias de lujo y  fraccionamientos privados en donde solamente la gente adinerada pueden pagar viéndose afectados por la misma situación económica siendo obligados a tener que poner también letreros de venta o renta.

Pero en contraparte también se observó un incremento de negocios chiquitos conocidos en nuestro país como changarritos. Surgieron de todo tipo pero predominan aquellos de comida como las loncherías, taquerías y en las noches el incremento de hamburgueseros no solamente en el centro de los municipios sino en su mayoría dentro de las colonias incluyendo en aquellos fraccionamientos privados en donde eso en un pasado hubiera sido considerado como algo de baja categoría.

Esta modalidad de comercio informal no se trata de alguna nueva moda ni mucho menos la herencia del “programa de changarros”, que durante la administración foxista apoyó a más de 21 mil proyectos de empresas sociales o familiares que para ser sinceros a éstos llamados también pequeños empresarios surgieron no gracias a Vicente Fox sino fue una medida para sobrevivir ante las inclemencias de nuestros gobernantes pero principalmente, la de los mandatarios presidenciales que en lugar de reactivar la economía formal la convierten en todo lo contrario con sus inflexibilidades fiscales que va más allá de la recaudatoria, pues éstos changarritos muy apenas se sostienen para surtir lo necesario para su pequeña empresa familiar o sus integrantes dentro de su hogar.

No se puede desconocer aquellos programas estatales y federales destinados para reactivar el sector económico pero una realidad es que solamente está al alcance de unos pocos, es decir, para aquellos corporativos transnacionales y nacionales. Aquellos monstruos de la industria son los únicos que pueden ser benefactores de esos programas por cumplir todos aquellos requisitos que para el resto de la población no son posible y de la misma manera para esas empresas familiares provenientes de quienes están fungiendo alguna función pública que gracias a favores son los agraciados para las licitaciones y en otros en donde simplemente se pasan por el arco del triunfo lo establecido por la ley o cuando menos lo que marca las normativas para la asignación de obra pública.

La economía del país tiene dos vertientes la de los exportadores y la interna, siendo la primera la única beneficiada en este trimestre 2014 en su sector automotriz pero no significa que los mexicanos estamos comprando vehículo sino es la demanda que en la actualidad existe en los EU. Mientras la economía interna sigue paralizada y la del norte del país sobre, todo en las entidades como Coahuila considerada como una zona fronteriza de gran importancia;  están migrando en territorio de nuestro vecino país por la homologación del IVA y el tema de la seguridad.

Los changarritos en nuestro país no se tratan de un fenómeno o una condición por gusto de estar dentro de la informalidad sino es el resultado de lo que nuestra nación no ha dado el ancho de cumplir a los mexicanos las condiciones para formalizar el comercio en un ambiente propicio. Los changarros es el resultado de las pocas oportunidades para los que menos tienen o en su defecto para quienes inician porque ya no pudo sostener un negocio formal o la causa es lo de menos pero lo que sí es una realidad es que los changarritos sostienen más del 50 por ciento de las ventas para los grandes corporativos textil, alimentos y refresqueros. Es muy difícil que cualquier agencia investigadora pueda sacar cuantos changarros existen en México, siendo más fácil determinarlo en el sector industrial por los ingresos percibidos de las grandes empresas de dónde proviene el dinero.

Es muy preocupante como país que la falta de poder generar un ambiente económico y comercial para la mayoría de la población sea por medio de los changarros, incluyendo aquellas que surgen desde los hogares con la venta de los pasteles y todo aquello de repostería porque quiere decir que México nada más tiene capacidad y potencial para generar negocios changarros no por una elección de gusto sino como la única vía de sobrevivir y llevar dinero honesto a la familia sin ser seducidos por la delincuencia organizada en un momento de desesperación. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

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