Neandertales y cromañones no coincidieron en Península Ibérica

Madrid, 14 abr (PL) Neandertales y cromañones vivieron en la Península Ibérica con diferencia de unos mil años, según una investigación internacional reciente que contradice la teoría sobre la convivencia de ambas especies.

El grupo, que incluye expertos de la Universidad de Girona del País Vasco, España, investigó tres cuevas desde 2005 con una nueva técnica para purificar el colágeno en pruebas de ADN y desprender de la materia orgánica original la contaminación posterior.

La investigación en las cuevas de L´Arbreda, Labeko Koba y La Viña apuntan a que la llegada de nuestra especie a Europa se produjo ocho mil años antes de lo estimado hasta ahora, pero no registra coincidencias con la presencia del neandertal.

Vemos que, en un marco regional concreto, no hay superposición, explicó Álvaro Arrizabalaga, profesor del departamento de Geografía, Prehistoria y Arqueología, quien junto a María José Iriarte y Aritza Villaluenga, integró el grupo de españoles presentes en el estudio.

En declaraciones a la agencia Vasco Press, precisó que los expertos volvieron a datar restos de las tres cuevas situadas en la ruta de entrada de los primeros seres de nuestra especie por los Pirineos, como antes e hizo con el carbono 14, isótopo radiactivo.

La selección de restos, aseguró, fue muy estricta y sólo se admitieron útiles elaborados con huesos o, en su defecto, huesos con huellas claras de actividad humana, en general, con marcas de descarnizado, cortes en las zonas de tendones para retirar el músculo.

La conclusión principal del estudio es que la escena del encuentro entre un neandertal y un cromañón parece que no se dio en la Península Ibérica, como determinaron también otras investigaciones de los últimos tres años Gran Bretaña, Italia, Alemania y Francia.

Durante 25 años pensamos que durante ocho mil o 10 mil años los neandertales y los primeros humanos vivieron juntos. Hoy creemos que en Europa Occidental no se produjo la hibridación como en Oriente Próximo explicó Arrizabalaga.

La investigación fue publicada en l revista especializadas en antropóloga evolutiva Journal of Human Evolution.

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