Denuncia FARC-EP malas condiciones de sistema carcelario colombiano

La Habana, 3 may (PL) La guerrilla de las FARC-EP denunció hoy aquí las malas condiciones que afronta la población carcelaria en Colombia, entre ellos los presos políticos, y calificó tal situación como una violación absoluta de los derechos humanos fundamentales.
En un mensaje de solidaridad con los presos sociales, políticos y de guerra, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) criticaron las pésimas condiciones de vida y la situación de los reclusos en el sistema carcelario de la nación suramericana.
Tortura, hacinamiento, falta de atención médica, incumplimiento de medidas judiciales de su propia legislación, tales como la tutela y desconocimiento de derechos carcelarios, son características del régimen penitenciario colombiano que naufraga en la corrupción, los malos manejos y el sadismo, denunció la guerrilla.
Igualmente, las FARC-EP expresaron que en las cárceles colombianas un «blanco especial del visceral odio aupado por las autoridades son 11 mil prisioneros políticos y de guerra, número en alza producto de las medidas de represión y judicialización basadas en la mentira y los falsos testigos».
Tras exponer con algunos ejemplos las deficientes condiciones del sistema penitenciario, la insurgencia manifestó que la solución al problema pasa por garantizar a la población carcelaria «condiciones de vida digna, posibilidades de trabajo, de estudio, de comunicación y visitas familiares».
Adicionalmente, las FARC-EP consideraron que el tema carcelario es profundo y hace parte esencial de la necesaria reforma al sistema judicial, punto reiterado y solicitado por la guerrilla a lo largo de estos diálogos de paz iniciados en La Habana en noviembre de 2012 con el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos.
Para solucionar esta cuestión, la insurgencia reiteró su demanda de realizar una «Asamblea Nacional Constituyente por la paz como camino idóneo para construir las medidas necesarias».
Por su parte, la delegación del gobierno colombiano no realizó declaraciones a la prensa a su entrada al Palacio de Convenciones de La Habana, sede permanente de las pláticas de paz.

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