Reportan destitución de 884 sacerdotes pederastas en la última década

Ginebra, 6 may (PL) La Santa Sede destituyó a 884 sacerdotes acusados de pederastia durante la última década, afirmó hoy aquí el arzobispo Silvano Tomasi, representante del Vaticano ante el Comité de Naciones Unidas contra la Tortura.
Durante el segundo día de análisis de un Informe Periódico Inicial sobre la actitud de la institución ante esos delitos, Tomasi aseguró que en ese período la Iglesia católica investigó alrededor de tres mil 420 casos de abuso sexual a menores por algunos de sus miembros.
Las indagaciones, iniciadas en 2004, corresponden a denuncias presentadas de 1950 a 1980, de las cuales alrededor de 400 fueron analizadas en 2013, indicó.
Además de los casi 900 eclesiásticos separados de sus labores religiosas, cerca de dos mil 572 fueron sancionados, refirió Tomasi.
Por otra parte, señaló que desde mediados del siglo pasado las diócesis católicas han pagado cerca de un millón 800 mil euros en indemnización a las víctimas de ese tipo de agresiones y 56 millones de euros fueron destinados a tratamientos terapéuticos de los afectados.
La presentación del documento se refiere a varias aclaraciones legales sobre decenas de casos de violación de menores, discutidos en enero pasado ante el Comité de la ONU sobre los Derechos del Niño.
Tomasi destacó que, pese a las dificultades del Vaticano para investigar esos incidentes sin vulnerar la soberanía de otras naciones, la Iglesia puede castigar y separar de sus puestos a sacerdotes pederastas.
Las conclusiones sobre el estudio del reporte de la Santa Sede se conocerán a finales de este mes, según tiene previsto el Comité, el cual deberá analizar los informes de 155 países adheridos a la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes.
El miércoles pasado, la Comisión Pontificia para la Protección de Menores, creada por el papa Francisco para asesorarlo en la prevención de posibles abusos contra niños, se reunió durante tres días para debatir proyectos encaminados a evitar el incremento de esos actos delictivos.
A inicios del mes pasado, el Sumo Pontífice abogó por la defensa de los derechos de los niños y pidió perdón por abusos sexuales cometidos contra ellos por miembros de la Iglesia.
«Me siento interpelado a hacerme cargo de todo el mal que algunos sacerdotes causan a los menores. Somos conscientes de ese daño y no daremos marcha atrás en cuanto al tratamiento de ese problema y a las sanciones necesarias», manifestó entonces.

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