Bogotá, 8 may (PL) Las cacerolas volvieron a repicar hoy en varios departamentos colombianos en un apoyo masivo al paro de los campesinos que desde hace 11 días exigen al Gobierno respuestas serias a la grave crisis imperante en el campo.
Pese a las lluvias y el frío, los bogotanos salieron en una marcha de las antorchas con pancartas y banderas en mano hasta la Plaza de Bolívar, donde permanecen desde ayer los representantes agrarios encadenados «hasta que el Gobierno se decida a cumplir lo firmado hace ocho meses».
Atados desde hace más de 24 horas, los agricultores recibieron el respaldo unánime de centenares de bogotanos que llegaron hasta la plaza con carteles que lucían consignas como «A parar para avanzar» o «Mi tierra no se vende, mi tierra se defiende».
Junto a ellos también los estudiantes de la Universidad Distrital, quienes anunciaron una gran huelga para el lunes.
El ruido de las cacerolas también se sintió con fuerza en Tunja, capital de Boyacá, donde el 1 de mayo se vivió una manifestación similar en apoyo a quienes trabajan la tierra, y en otros lugares más distantes como Cali, Popayán y Bucaramanga.
«Cacerolazo porque la crisis del campo en Colombia no se resuelve con demagogia. Mandatos campesinos exigen nueva política agraria», apuntan los cibernautas colombianos también en la red social Twitter bajo la etiqueta #Cacerolazosumerce. Sindicalistas, obreros, maestros, estudiantes, amas de casa y pueblo en general se unieron a esta jornada para reafirmar su respaldo a los agricultores, quienes una vez más salieron a exigir al Estado cambiar un modelo económico insostenible y renegociar los tratados de libre comercio, entre otras peticiones.
Las conversaciones con los representantes gubernamentales quedaron congeladas el martes último por una semana al no concretarse el tema sobre el refinanciamiento de créditos.
Los campesinos aseguran que el paro seguirá por tiempo indefinido hasta tener resultados concretos.
Cacerolas resuenan en Colombia en apoyo a paro campesino
