El 17 de mayo es día memorable para el campesinado cubano y para la historia más reciente, en esa fecha del año 1959, a escasos 5 meses del triunfo , se promulga la primera ley revolucionaria.La Ley de Reforma Agraria, firmada por el líder histórico de la revolución, Fidel Castro Ruz, en el lugar conocido por la Plata en plena Sierra Maestra donde, durante 26 meses bajo su mando, había permanecido la Comandancia Guerrillera.
Dicha Ley declaraba dueño de la tierra a quien la trabajaba; aquellos hombres del campo históricamente explotados, olvidados y vilipendiados, recibían el título de propiedad por lo que habían luchado toda su vida y se ponía fin a años de latifundios , desmanes y atropellos de toda clase.
Comenzaba así el cumplimiento del Programa del Moncada. Más que una Ley fue un acto de justicia, de los muchos realizados a lo largo de estos años de revolución.
Fue una verdadera fiesta para los hombres de sombreros de yarey, típico atuendo del hombre sencillo de los campos cubanos. El mismo que nutrió las filas del Ejército Libertador (Los Mambises ) durante la segunda mitad del siglo XIX , peleando heroicamente contra el colonialismo español y luego, medio siglo después, haría lo mismo en las fuerzas del Ejército Rebelde que logró alcanzar la verdadera independencia el 1 de enero de 1959.
No fue solamente el alcance Jurídico de ser la primera ley revolucionaria, la que le da notoriedad a esta, sino su profundo sentido de justicia, su humanismo que revela la profundidad transformadora que en todos los ámbitos de la sociedad llevaría a cabo, hasta nuestros días, la Revolución Cubana.
Con la ejecución de la Ley de Reforma Agraria, comenzó una ola de cambios en los campos cubanos : nacieron las granjas del pueblo, devenidas luego en empresas agropecuarias estatales; así como las bases campesinas que evolucionaron hacia las cooperativas de producción agropecuaria (C.P.A), donde los campesinos de manera voluntaria se unieron y socializaron sus tierras y la producción; las cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) con iguales beneficios estatales .Todas bajo la conducción de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), organización no gubernamental que agrupa a los campesinos cubanos .
No solo fue entregar tierra; significó una verdadera transformación en lo económico y lo social, materializado en la construcción de caminos , carreteras , creación de pueblos , comunidades y caseríos , trayendo consigo escuelas, maestros, hospitales , consultorios médicos, entre otras infinidades de obras económicas y sociales .
El silencio y la oscuridad, dueños y señores de las campiñas, fueron desplazados por la electrificación, la voz de la radio, la televisión, la prensa y los servicios de todo tipo, reduciendo las diferencia entre la ciudad y el campo. Lo más importante, se crearon oportunidades para todos.
La palabra ¨Guajiro» dejó de ser una humillación para estas personas y se convirtió en motivo de orgullo; porque en manos de ellos se encuentra hoy más del 50% de las producciones agrícolas del país y constituyen la vanguardia en la importante misión de alcanzar la seguridad alimentaria.
Porque también en esa masa de labriegos, ayer casi totalmente analfabeta, hoy puedes encontrar ingenieros agrónomos , médicos , maestros , científicos o cualquier otro tipo de profesional .De sus hijos, ni hablar ,lo mismo puedes hallar entre ellos un diplomático, un catedrático, un artista o un oficial de nuestras Fuerzas Armadas.
Porque a más de medio siglo de aquel 17 de mayo la Revolución Cubana sigue siendo la revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes que resolvió un grave problema agrario en el país; problema que hoy en Nuestra América y en otras parte del mundo continua siendo fundamental y que , lamentablemente, es una asignatura pendiente para muchos gobiernos .