La silla eléctrica por inyección letal en Tennessee, EE.UU.

Washington, 23 may (PL) Los debates sobre el uso de determinados fármacos para la inyección letal ha impulsado a estados como el norteamericano de Tennessee recurrir a la alternativa de la silla eléctrica para las ejecuciones de los condenados a muerte.
El republicano Bill Haslam, gobernador de ese estado del sur del país, firmó una ley que da luz verde a este tipo de ejecución si las autoridades no pueden conseguir las sustancias necesarias para la mortífera droga.
Así se convirtió en el primero en reinstaurar la medida sin darla a los reos como una opción, dijo Richard Dieter, director ejecutivo del Centro de Información sobre la Pena de Muerte.    «Hay estados que permiten a los reos escoger pero es un asunto muy diferente que un estado imponga un método como la electrocución», subrayó Dieter.
La legislación se presenta en momentos en que la inyección letal es sometida a un fuerte escrutinio nacional después de la fallida ejecución el pasado 29 de abril de Clayton Lockett, un condenado a muerte en Oklahoma.
Lockett recibió la dosis letal y no pereció al instante, sino que se le reventó una vena, se retorció y 43 minutos después del inicio del proceso falleció, al parecer, de un ataque al corazón, lo cual provocó que se suspendiera una ejecución posterior prevista para el mismo día.
El incidente generó numerosas protestas por considerar que con ese acto se sometió al preso a un castigo cruel e inusual, lo que va en contra de la Constitución.
Poco después el presidente, Barack Obama, ordenó revisar lo que había ocurrido en Oklahoma.
Este precedente hizo que el martes fuera aplazada en Missouri la ejecución de Russell Bucklew, quien recibiría la inyección letal pese al padecimiento de una rara anomalía congénita.
Abogados y defensores de los derechos humanos han pedido que los estados hagan públicas las fuentes que utilizan para la inyección, todo un debate surgido después que industrias farmacéuticas europeas se negaron a seguir produciendo las drogas para ser utilizadas en las ejecuciones estadounidenses.
Los 35 estados de la Unión que contemplan la pena capital tienen en la inyección letal su método principal de ejecución, aunque ocho de ellos también incluyen como opción en sus leyes la posibilidad de muerte por silla eléctrica, cámara de gas, horca o incluso pelotón de fusilamiento, según el Centro de Información de la Pena de Muerte.

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