¿Qué nos dejó la pluma de Julio Scherer?

Por Noema Chagollán

Scherer consiguió algo insólito para un periodista, que le abrieran las puertas de los dos de centros penitenciarios más importantes del país, La Palma, ubicado en el Estado de México, y Puente Grande, en Jalisco, donde entrevistó a diversos presos emblemáticos como el capo Miguel Ángel Félix Gallardo, mejor conocido como El jefe de jefes.

(N22) Julio Scherer no sólo fue fundador de Proceso, investigador, editor, promotor cultural (a través de los suplementos)  y periodista de vocación. Todas estas vertientes se reunieron en su ávida pluma que dio como resultado 22 libros sobre la realidad y los problemas que envolvieron México y que repercuten en la actualidad.

Su pasión por el periodismo creó estas piezas de non fiction que se pueden catalogar en el nuevo periodismo, ya que a través de un lenguaje limpio y preciso, desarrolló entrevistas y averiguaciones  sobre el narcotráfico, la impunidad, el 2 de octubre y sobre el sistema penitenciario en el país.

La verdad y la crítica fueron cualidades en sus escritos que llegaron a conmocionar y a tener un grupo fiel de lectores.

Las pláticas con Siqueiros mientras se encontraba preso en Lecumberri dieron como resultado su primer libro La piel y la entraña (Era, 1965) obra basada en una serie de conversaciones que sostuvieron ambos personajes. El título habla sobre cómo el pintor hizo del arte su cotidianidad, sus sentimientos, el acercamiento a su abuelo por encima de su padre; así como su gusto por los grandes espacios.

La piel y la entraña tuvo una segunda edición a cargo del Fondo de Cultura económica en el 2003, luego de que Julio recibiera el Premio Nacional de Periodismo, dicha edición formo parte de un homenaje al autor.

En Los Presidentes (Grijalbo, 1986) el autor mezcla de reportaje, testimonio, y memorias sobre sus (des) encuentros con los expresidentes de México Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría Álvarez, José López Portillo y Miguel de la Madrid. Esta pieza en su primera edición conmocionó tanto a los lectores como a los políticos.

Revista Proceso como continuidad de esta obra, incluyó escritos de Scherer donde desmenuzó a los siguientes presidentes hasta llegar a Enrique Peña Nieto. Pero Carlos Salinas tuvo su propio libro con Salinas y su imperio (Océano, 1997), un retrato sobre el ex presidente y la relación que Julio Scherer tenía con él antes y durante su  gobierno.

Los dos libros consecutivos fueron Cárceles (Alfaguara, 1998) y Máxima seguridad (Aguilar, 2001) en el primero critica al sistema penitenciario en México, con una entrevista al doctor Carlos Tornero y aborda el tema del cautiverio; el segundo está integrado por conversaciones y entrevistas a los presos de los penales.

Scherer consiguió algo insólito para un periodista, que le abrieran las puertas de los dos de centros penitenciarios más importantes del país, La Palma, ubicado en el Estado de México, y Puente Grande, en Jalisco, donde entrevistó a diversos presos emblemáticos como el capo Miguel Ángel Félix Gallardo, mejor conocido como El jefe de jefes.

Scherer y Monsiváis escribieron en colaboración Parte de la guerra (Aguilar 1999), donde el reportero hizo pública la documentación proporcionada por el general Marcelino García Barragán (secretario de Defensa Nacional en el gobierno de Díaz Ordaz), donde comprueba la participación del Estado Mayor en la matanza estudiantil de Tlatelolco. En el 2002 tuvo una segunda edición donde se documentaba con fotografías esta terrible masacre.

En el siglo XXI Scherer reunió sus vivencias en Chile, a donde llegó en 1974 clandestinamente para ser testigo de una de las atrocidades del régimen Pinochet, vivir matando (Aguilar 2000).  En 2005 el Fondo de Cultura Económica lanza una reedición, El perdón imposible. No sólo Pinochet donde Julio busca que no se imponga el olvido.

Encuentro: Octavio Paz y Julio Schereres la recopilación de tres entrevistas del periodista a Paz: «Suma y Sigue», «Tela de juicios» y «El Valor del tiempo». Un ensayo de Scherer sobre su último encuentro que tuvo con Paz. Pensamientos políticos y biografía del poeta, desde la democracia, la realidad política, el movimiento estudiantil, la historia social y cultural de México.

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Scherer tuvo entrevistas trascendentales con personajes efervescentes como Caro Quintero, el presidente de Cuba Fidel castro, el Subcomandante Marcos y Sandra Ávila Beltrán de donde se desprendió La reina del pacífico: es la hora de contar (Grijalbo, 2008).

En el 2010, apareció en la portada de Proceso el periodista acompañado de un hombre con bigote y gorra: el Mayo Zambada, líder del cártel de Sinaloa.

En esta edición, Scherer relata paso a paso su encuentro con el Mayo, tras un mensaje que Zambada le enviaba en febrero de ese año, de ahí se desprende la frase: “Si el diablo me ofrece una entrevista, voy a los infiernos…” que fue lo que respondió Scherer al ser cuestionado sobre este hecho.

2001, La entrevista insólita  no fue libro, sino una emisión televisiva del encuentro que tuvo con el subcomandante Marcos cuando la caravana zapatista llegó a la Ciudad de México a petición del presidente Vicente Fox para iniciar un diálogo y resolver el levantamiento armado que surgió en 1994 en Chiapas. Durante una hora y 15 minutos, el líder zapatista externó sus coincidencias con Fox.

La forma de escribir de Julio conjugó la información y  la literatura. Un periodista que se aseguró  de escribir y no lanzar palabras al aire. Se hizo de amigos, buenos o malos para México, pero sin dejar a tras su vocación de periodista.

En el homenaje de Proceso a Scherer, se publicó un escrito de Julio donde dejó testimonio de sus vivencias en medio de enfermedad y el sufrimiento que lo angustió desde el 2012 hasta que dejó de respirar:

“Llegó a ver cercana su muerte, se asomó a su abismo, quizá deseó caer en él, al imaginar con repudio la posibilidad de una vida inútil”.

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