También hay que ponerlos a dieta

Por Guillermo Robles Ramírez

Nadie puede negar que el comer, además de ser una de las necesidades básicas de la pirámide de Maslow, causa a su vez placer o un disfrutar de la comida. Sin embargo, no todo lo que uno come es saludable y ni tampoco aquellas leyendas urbanas que antes se tenían sobre la convicción de que la gente gordita era la más sana.

Al día de hoy estas ideas antañas o mitos, además de que han roto la báscula, también acabó con ideas erróneas y una mala información en cuanto a la creencia de que todo lo que uno come es saludable cuando en realidad sucede todo lo contrario y muchos de nosotros podríamos estar padeciendo sin saberlo una desnutrición y problemas de salud.

Es por esa misma razón, el interés y propósito del gobernador, Rubén Moreira Valdés, de quitarle no unos cuantos, sino varios miles de kilos a Coahuila, que sería decepcionante que cuando llegue la hora de hacer un balance sobre la reducción de peso de los paisanos que no andan en sobrepeso, sino en obesidad, por cierto, son “hartamente, muchos” los que andan “pesaditos” en su grasa corporal.

Coahuila no ha limitado esfuerzos ni recursos económicos y humanos para junto con su comunidad lograr las metas deseadas, particularmente por la salud de sus habitantes, siendo la única forma de no defraudar al gobierno es bajando de peso lo que bajaría, valga la redundancia, el gasto cada vez más alto que tienen las instituciones públicas de Salud, así como el propio I.S.S.S.T.E., IMSS, Magisterio, etc.

El gober ha sido repetitivo sobre los males directos e indirectos que acarrea la obesidad y entre éstos está la hipertensión, diabetes, cáncer y otras enfermedades más que conlleva medicamentos de alto costo.

El Gobierno del Estado, ha demostrado su alto interés de lograr la disciplina alimentaria al grado de que en los medios impresos y en otros sistemas publicitarios da a conocer provechosas recetas para bien comer, mantener una buena salud y evitar dejando a un lado los alimentos chatarra.

Empero, hay áreas donde las autoridades municipales y estatales deben enfocar mucho su atención como son los cuerpos policíacos donde muchos de sus elementos sobre todo en el nivel municipal después de cierto tiempo salidos de la academia empiezan a engordar subiendo muchos kilitos además quedando en condiciones nada óptimas para desarrollar las actividades encomendadas siendo esto una falta de respeto tanto para la ciudadanía como también la imagen que se tiene como autoridad y lo mismo sucede para aquellos que han brindado su servicio durante muchos años llegando así a una edad avanzada teniendo la misma limitación para poder atrapar a un ratero.

Para mucha gente el que un policía esté excedido de peso y no pueda alcanzar a un ladrón, es una situación de burla para los ladrones.

En la época en que fue Presidente Municipal de Monclova, Armando Castro, mantenía otra óptica ya que en su opinión pedía que no debía discriminarse en los corporativos policíacos a los “gorditos y viejitos”, viendo injustas las nuevas disposiciones de acreditación para el cuerpo que resguarda la seguridad de la ciudad.

La perspectiva del ex edil, Armando Castro, tiene mucha sensibilidad humana al considerarlo un motivo de discriminación, pero también como todo, hay necesidad de actualizarnos y modernizarnos en todo, para poder tener un buen desempeño en cualquier actividad laboral.

Por mencionar el caso de un médico cirujano que durante su edad productiva logró tener un gran reconocimiento dentro de su ámbito, al pasar el tiempo tiene que llegar a una edad en donde sus funciones motoras se hacen torpes, propias por la edad, por mucha trayectoria buena que tenga es mucho riesgo que un paciente cediera someterse a una operación.

Noble la defensa de Castro, pero también hay que ser realistas que la depuración en la policía es por el bien de los ciudadanos, y también aquellos que se dejaron engordar es responsabilidad de ellos mismos por mantener un trabajo a sabiendas que los requisitos para la permanencia de su servicio requiere tener una actividad física.

No es lo mismo para aquellos funcionarios que realizan trabajos administrativos que sí pueden estar gordos, siendo irrelevante para poder realizar su función; y quedándoles únicamente la conciencia de tener que atenderse el problema de obesidad por cuestión de salud más que por imagen.

No hay que justificar la relajación de los requisitos para permanecer al servicio público de seguridad, haciendo un cambio de conceptualización en el entrenamiento físico, para que se deje de utilizar como un método de castigo, dominación y humillación por parte de los superiores; sufriendo lo mismo para aquellos que han laborado por muchos años, queriéndolos incluir en tareas que se requiere de mucha actividad física.

También hay que cuidar que se cumpla la reglamentación de éstos ya que la mayoría de los policías de tránsito pasan mucho tiempo inactivos en los vehículos oficiales, pero también se les ve muy seguido ingiriendo alimentos, como tortas, tacos, gorditas, refrescos, etc., en sus horas de trabajo sin contribuir mucho que digamos a una buena nutrición.

La falta de reactivación al departamento de la medicina preventiva, de tener una programación y chequeo calendarizado con la ayuda de un especialista de nutrición. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

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