-Después de casi 60 años un capítulo de éxitos, hazañas e incluso tristezas del futbol mexicano terminó en Monterrey, pues a partir de agosto, los Rayados se cambian de casa.
-El cielo regiomontano lloró más que el empate del equipo en el último minuto (2-2), el fin de una era en Nuevo León.
(Agencias) Por ultima vez las tribunas del Tec se tiñeron de blanco y azul, pues había que despedirse de la mejor manera del inmueble en el que quedó escrita la historia de La Pandilla.
Pumas era el invitado a la fiesta de despedida del Estadio Tecnológico y por momento sí intentó amargar la celebración, por lo menos en los primeros 45 minutos, aunque Rayados hizo todo lo posible para cerrar con broche de oro la historia de la que fuera su casa pos seis décadas.
Incluso Dorlan Pabón intentó abrir en un par de ocasiones el marcador, pero el portero Alfredo Saldívar se lo impidió. Mientras que Pumas, ocasionando corajes en su técnico Guillermo Vázquez, únicamente metió en aprietos a Jonathan Orozco pocas veces, pese a que un gol de Darío Verón fue anulado por fuera de lugar.
En el Tec había una fiesta absoluta, la tristeza no cupo en las 35 mil almas que se fueron a despedir del inmueble del ITESM. Incluso ni el gol de Matías Britos al minuto 60 cayó a los aficionados rayados que en ningún momento del partido dejaron de apoyar a los suyos.
Y poco le duró el gusto a los felinos, porque el juvenil Kevin Escamilla cometió un penalti en el área que cobró Dorlan Pabón, con el que se perfiló para ser el máximo romperedes del torneo.
Sin embargo, Daniel Ludueña entró al campo y con un zurdazo le dio a Pumas un empate que sólo les sirvió para cerrar. Pero como cierre de película, en el último minuto Jesús Zavala hizo que la gente se olvidara de la lluvia y festejara a lo grande lo que fue el último gol de Rayados en el Estadio Tecnológico, inmueble que sin duda quedó guardado en la memoria del futbol mexicano.