¡Pásele marchante!

MERCADO CARTAGENA: 58 AÑOS DE COMERCIO Y TRADICIÓN

Por: Víctor M. Navarro

No sé si estuvieron todos, no sé cómo la crónica crece y se vuelve remembranza, combino recuerdos y algo que pudo ser, total no estaba para aniversarios y sí estaba.

A las siete de la mañana se levantan las cortinas metálicas del Mercado Cartagena, los pasillos empiezan a poblarse de gente y movimiento, los locatarios abren sus puestos y dan inicio al antiguo rito de tender, de sacar su mercancía, exhibirla, acomodarla y ofrecerla a los clientes que lleguen al tradicional inmueble.

Este 22 de julio del año 2010 es un día singular, único en el ciclo anual de la vendimia, el Mercado Cartagena cumple 58 años. Los comerciantes han adornado sus puestos con globos multicolores y flores, desde la mañana el ambiente se siente distinto, expele aromas diferentes.

El mercado Cartagena tiene como antecedente al antiguo Mercado de la paz, épocas en que Tacubaya no estaba pavimentada, tenía una fuerte traza pueblerina, el rastro, la terminal de ferrocarril que viajaba a la venta, lo portales de Cartagena que albergaban una panadería y un cantina, el cabaret el Pierrot y vecindades laberínticas eran la señas de identidad.

Tiempo después llegó la modernidad, en los años cincuenta se construyen los mercados públicos y nacen el mercado Becerra o Tránsito o Tacubaya, como usted guste y el Cartagena, ahora llamado Gonzalo Peña Manterola, pero el romaticismo y el cariño a la tradición nos hace seguir llamándolo Cartagena.

Cada aniversario de este mercado es una oportunidad para ver en todo su esplendor el convivio, la fiesta y las abundantes rencillas que pululan entre los locatarios, herederos y amigos comerciantes. Gremio a veces difícil, siempre con el habla a flor de lengua, que le ha tocado en los últimos años sucumbir ante el desleal ambulantaje, la salvaje iracundia de las tiendas de autoservicio, la torpeza e ineficiencia de las autoridades delegacionales y cachivaches que los acompañan, dígase la corrupta dirección de vía pública…pero la fiesta es la fiesta, el aniversario es el aniversario.

Y la fiesta brilló en todo su esplendor, a pesar de los pesares. A las doce del día mañanitas y misa a la virgen en su altar ubicado en la nave central, en los pasillos de venta de pollo, verduras y carnicería los locatarios devotos festejan a la guadalupana. El día va apuntalando, poco a poco se va tejiendo la red de festejos, en la plaza frontal de Cartagena, frente a la entrada principal del mercado, un camión de refrescos burbujeantes ofrece un show, digamos chistosón, se ha montado el templete para que a eso de las cuatro de la tarde la Sonora arme sonoro bailongo, en el área de frutas y verduras otro templete para el grupo Los Cumbas.

En las puertas de entrada al mercado, zona donde están ubicados los puestos de los Tilapos, pollos rostizados, mariscos, tacos de carnitas, disfraces y artículos deportivos, los organizadores sembraron una gran cantidad de mesas con el fin de recibir a locatarios, familiares y amigos que los acompañan, para ese entonces ya varios se figuraban que el delegado en Miguel Hidalgo saldría con su batea de que es un hombre muy ocupado.

En al área de estéticas Javier Gutiérrez Mirshand mayor, se prepara para la taquiza que compartiría con amigos, trabajadores, familiares, reporteros, comunicadores y conductores de televisón. El cronista de la ex mesa directiva de los comerciantes, apresurado de un lado a otro parece muy atento a la organización y hasta parece que trabaja y se toma las cosas en serio.

Señoras legendarias en la venta leyendas vivientes del Cartagena. En el pasillo de zapaterías, donde tiene sus negocios El Gallito Samuel Gutiérrez Mondragón, sus amigos bailan al compás de las quebraditas y ofrecen viandas al paseante.

Bonetería Rosita no podía estar ajena a la fiesta y desde la mañana ha recibido amigos, clientes y representantes de los medios de comunicación , la crónica urbana tiene su nido y surtidor, la poesía también en este quinto pasillo, entre uniformes y ropa para toda la familia, ha dejado un estruendo que todavía huele a panadería:”Quise saber, o por lo menos incendiar algo del alma, / la sola y mínima razón./ Esta bien que en cada venta me detenga,/ busco sin cesar el lenguaje que ya me antecede…/ De allí muchas aventuras el sol quemando horas.

En la nave central la banda se junta, le pone al huarachazo y al hedonismo, el doc. Raúl, el Patas de Oso, el Galleta, el Brujo, Porfis, Memo, Claudia, Josefina, Genoveva, Chava. Julio y paquetes de hilo hacen del mercado un centro ceremonial del festejo, y la fiesta va pa´largo…se cumple medio siglo y tres años del mercado Cartagena…¡salud!.

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