Montañas Azules y John Crow, joya jamaicana en patrimonios de Unesco

Por Yolaidy Martínez

La Habana, (PL) Jamaica es conocida por ser la cuna del reggae y sus fascinantes playas, pero ahora tiene mayor notoriedad con la designación del Parque Nacional Montañas Azules y de John Crow como su primer sitio patrimonial de la Unesco.
Se trata de un área de 193 mil hectáreas que abarca cerca del 30 por ciento de todo el territorio insular, está lleno de árboles nativos, elevaciones, ríos, cascadas y lagos, y constituye el mayor bosque cerrado de la isla.
Ese lugar fue fundado en 1992 en el sur del país con el objetivo de proteger su fauna y flora, y recientemente quedó inscrito como el primero en el Caribe de tipo mixto, o sea cultural y natural.
Dicha categoría solo incluye, además, a otros 31 sitios icónicos del mundo como la Gran Muralla China, el Taj Mahal de la India y la Gran Barrera de Coral en Australia.
Para argumentar tal decisión, el comité de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) precisó que las Montañas Azules y de John Crow dieron refugio a los esclavos fugitivos de los colonos europeos y les propició todo lo necesario para sobrevivir.
En áreas del parque aun viven los descendientes de los cimarrones o maroons que, tras huir, lucharon contra Reino Unido hasta lograr en 1739 el tratado de paz que les garantizó la libertad y la tenencia de vastas tierras.
El histórico pacto contempla los principios básicos de esas poblaciones, las cuales conservan hasta hoy su soberanía, tradiciones, formas de alimentarse, lenguaje, música, danza, artesanía, ritos religiosos y el conocimiento de las plantas medicinales.
Festivales como el Accompong y el Misty Bliss muestran al público la riqueza autóctona, el arte y la identidad de los maroons.
Aparte del aspecto cultural, la Unesco destacó la relevancia del parque para la biodiversidad del Caribe, pues es hogar de casi 200 especies de aves residentes y migratorias, las ranas arborícolas, la mariposa cola de golondrina y la jutía jamaicana, el único mamífero terrestre endémico de la isla.
El sitio lo integran las cadenas montañosas Port Royal, Azul y John Crow, y alberga a 800 tipos de plantas y flores, en su mayoría orquídeas, bromelias y helechos.
Uno de sus elementos distintivos es el pico Montaña Azul, la cumbre más elevada de la isla y la segunda del Caribe por medir dos mil 256 metros de altitud.
Además, desde ese espacio fluye 40 por ciento del agua potable que consumen la población y los sectores productivos de Jamaica, gracias a la constante caída de lluvia en la zona oriental y la consecuente formación de ríos con imponentes saltos en medio de la selva.
Una delegación presidida por la ministra de Cultura, Lisa Hanna, defendió la candidatura del Parque ante la 39 sesión del comité de Patrimonio Mundial de la Unesco, celebrada en la ciudad alemana de Bonn.
Ante la noticia del reconocimiento internacional, la titular jamaicana agradeció la distinción y aseguró que el proceso de postulación dejó como experiencia cuán necesario es apreciar y conservar los tesoros naturales y artísticos del país.
De igual manera, el director nacional de Turismo, Paul Pennicook, manifestó satisfacción y auguró que el título aumentará el flujo de quienes viajan desde el extranjero motivados por el legado histórico, las expresiones artísticas, las costumbres y las tradiciones de la isla caribeña.
«Jamaica tiene una rica herencia cultural y la adición a la lista de Patrimonio Mundial elevará aún más nuestra posición como destino competitivo», vaticinó el funcionario.
Si bien las proyecciones de Pennicook son acertadas, ahora el reto del país radica en promover junto al ecoturismo, conductas responsables, prácticas amigables con el ambiente, el uso adecuado de los recursos y otras iniciativas que ayuden a conservar esa joya natural.

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