Distribuirán pastillas de yodo en Belgica ante posible accidente nuclear

Bruselas, 29 abr (PL) El gobierno belga anunció hoy que ampliará la distribución de pastillas de yodo a la población como medida preventiva ante un posible accidente nuclear en ese país.
La ministra belga de Salud, Maggie De Block, indicó ante el Comité de Sanidad del Parlamento que se atenderá una recomendación de expertos sobre la extensión de esa medida protección a 100 kilómetros alrededor de las centrales nucleares, que antes se limitaba a quienes residían a menos de 20 kilómetros.
Especialistas del Consejo Superior de Salud y la Agencia Federal de Control Nuclear plantearon recientemente la conveniencia desea medida preventiva para, en caso de una fuga de radioactividad, aliviar los efectos del yodo 131, uno de los elementos más dañinos que pueden ser liberados.
De Block indicó que las autoridades sanitarias belgas tratan de actualizar, con nuevas medidas como esa, el Plan de Emergencia Nuclear que data de 2003, tomando en cuenta las lecciones aprendidas de experiencias recientes como el accidente de 2011 ocurrido en la Planta Electronuclear de Fukushima, en Japón.
De hecho la entrega de las pastillas se extenderá a los 11,2 millones de habitantes de este país, con una extensión de 30 mil 528 kilómetros cuadrados, y el costo de comprarlas y distribuirlas será cubierto por la compañía Electrabel, propietaria de las dos centrales en activo, Doel, en el norte, y Tihange, en el este.
Aunque el gobierno belga asegura que no aprecia un riesgo real de accidente, la seguridad de ambas instalaciones es cuestionada por grupos ambientalistas locales así como por los gobiernos de Alemania, Países Bajos y Luxemburgo, debido a que ambas instalaciones llevan años con problemas
Tanto en Doel, con cuatro reactores, como en Tihange, con tres, se reportaron en los últimos años fallos, aseguran quienes demandan el cierre de las mismas, e incluso las autoridades de la ciudad alemana de Aquisgrán, a 70 kilómetros de esta última, anunció que irá ante la Justicia belga para lograr que esta cese sus operaciones.
Sebastien Berg, portavoz de la Agencia Federal de Control nuclear, indicó además recientemente el riesgo de que grupos terroristas como el Estado Islámico (EI) logren detonar una bomba en el interior de una planta.
A fines de marzo se conoció que probablemente los miembros del EI, que el día 22 de ese mes perpetraron dos atentados en Bruselas y provocaron la muerte a 31 personas, tenían previsto inicialmente atacar centrales nucleares del país, pero cambiaron de objetivo al ser arrestado uno de sus cómplices.
Los hermanos Khalid e Ibrahim el Bakraoui, participantes en esos hechos, colocaron una cámara oculta en la parte delantera de la casa de un director del programa de investigación nuclear belga y poco después de los ataques, el 26 de marzo, el agente de seguridad de una planta fue asesinado y su tarjeta de acceso, robada.

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