Fallece famoso sacerdote que hizo 70 mil exorcismos

Por Blas A. Buendía
Muere a los 91 años Gabriele Amorth, considerado uno de los «exorcistas» más famosos del planeta, tras una carrera de tres décadas combatiendo las fuerzas del averno.
Durante su vida realizó un total de 70 mil sesiones de exorcismos en diferentes partes del mundo.
Amorth nació en 1925 en Módena, Italia, donde se ordenó muy joven, en el año de 1947, en la Sociedad de San Pablo para convertirse en padre cuatro años después. En 1985 fue nombrado «exorcista oficial» de la diócesis de Roma.
Dicha distinción hizo de él una celebridad en el mundo y en las entrevistas que concedía, afirmaba que recibía hasta 600 peticiones al día para enfrentarse cara a cara con el Diablo.
También fue fundador de la Asociación Internacional de Exorcistas, organización que presidió hasta su retiro en el 2000, y que hasta hace poco fue reconocida por El Vaticano tras el voto de la Congregación para el Clero.
La muerte Amorth, debida a causas naturales por problemas pulmonares, fue confirmada por el grupo editorial San Paolo, con el que el sacerdote publicó numerosos libros, entre ellos, «Dios es más bello que el Diablo» lanzado el año pasado, considerado como su testamento espiritual. (Agencia Associated Press)
 
¿Cómo se hace un exorcismo?
 
Según el portal de Wikipedia, desde el punto de vista de la Iglesia Católica, el ritual exorcista consiste básicamente en rezar ante el poseído y tirarle agua bendita.
Las iglesias evangélicas, en cambio, convierten el exorcismo en un espectáculo y lo hacen frente a miles de fieles y de muchas formas distintas.
Para un cura católico, una persona poseída demuestra cuatro indicios: dominio de idiomas extranjeros o desconocidos, conocimiento de hechos y detalles de la vida del exorcista, fuerza incompatible con la condición física y la edad del sujeto y rechazo a todo lo que se considere sagrado.
Al confirmarse que un sujeto está poseído, y tras la aprobación del obispo, el cura inicia el rito, basándose en el procedimiento de un libro llamado Rituale Romanum.
 
El exorcismo
 
El exorcismo debe ser discreto, en la casa del poseído o en un oratorio con la presencia de los familiares. Si la víctima presenta fuerza anormal, se la puede atar a una cama o una silla. El lugar debe tener un crucifijo y una imagen de la Virgen María.
El rito empieza con la dispersión de agua bendita, a la que se pude añadir sal. El agua, arrojada sobre sobre el poseído y también sobre los presentes, rememora la purificación del bautismo. Luego, el sacerdote empieza a rezar.
Tras las oraciones tradicionales, como el Padre Nuestro y el Ave María, el sacerdote declama algunos salmos que exaltan la victoria de Cristo sobre el Diablo y lee fragmentos del Evangelio. Luego, coloca sus manos sobre el fiel atormentado y vuelve a orar el Padre Nuestro.
A continuación, hace la señal de la cruz sobre el poseído y le sopla la cara, diciendo otras palabras sagradas contra el demonio.
La fórmula del exorcismo son sus oraciones finales. Existen dos tipos: la deprecativa, que es más sencilla, o la imperativa, que se utiliza solamente en casos extremos. El rito termina con una canción de acción de gracias, una oración y una bendición sobre el que estaba poseído.
Después de todo esto, el cura verifica si el Diablo abandonó el cuerpo de la persona observando su semblante: si sus ojos están calmos y en paz, su espíritu también lo está, de lo contrario, el cura vuelve una y otra vez y hace tantas secciones sean necesarias para expulsar al demonio del cuerpo.

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