Obras gigantes para una ciudad mega-gigante

Ante la inminente construcción del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, la Secretaria de la Comisión Integral del Agua de la Asamblea Legislativa, Janet Hernández Sotelo, propone que en los terrenos que actualmente ocupa el AICM, se proyecte un parque ecológico que integre una presa recolectora de agua pluvial, proyectos que compensarían el daño ambiental causado a los habitantes de la CDMX.
Hernández Sotelo destacó que este lugar ecológico contribuiría a mitigar los efectos negativos del cambio climático en la capital del país y a amortiguar las emisiones de contaminantes al medio ambiente de la Ciudad ya que se convertiría en un “gran pulmón” sustentable.
La diputada local dijo que coincide con  la propuesta que el Jefe de Gobierno impulsa, respecto al uso de las 710 hectáreas de los terrenos que actualmente ocupa el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), una vez que entre en funcionamiento el nuevo aeropuerto de la capital de la República, para que estos predios sean destinados a la construcción de un gran parque ecológico público.
Este nuevo parque ecológico sería parte, junto a la Alameda Oriente, el Deportivo Oceanía, el Conjunto de ASA (Aeropuertos y Servicios Auxiliares) y el Bosque de San Juan de Aragón de un Pulmón Ecológico aproximado de 1,300 hectáreas que ayudaría al medio ambiente de la Ciudad de México.
Un gran parque, dijo, que  pueda compensar el daño causado a los habitantes de la Ciudad de México -en particular a las delegaciones limítrofes de esa zona como Venustiano Carranza, Iztapalapa, GAM e Iztacalco- principalmente por  la contaminación, ruido y tráfico que ha generado la existencia y funcionamiento durante los  casi 90 años en que ha estado activo el AICM.
Dijo que el parque ecológico sería un espacio verde que  se convertiría en un lugar recreativo, en el cual convivan las familias y hagan ejercicio; que además cuente con una gran presa recolectora de agua pluvial, la cual sometida a un proceso básico de potabilización puedan utilizar los vecinos de las colonias aledañas.
Explicó que las grandes cantidades de agua que se precipitan en la CDMX cada año, pueden ser captadas y dirigidas hacía una presa que se construiría en esa parte de la Ciudad una vez que se desocupe el terreno, donde se almacenarían miles de metros cúbicos del agua de lluvia, misma que se podría utilizar para diversas actividades cotidianas.
Además, se transformaría en un ahorro sustancial del vital líquido que se distribuye diariamente a la CDMX, aseguró Janet Hernández. “Todo esto como parte de las medidas para reparar las condiciones de desigualdad y empobrecimiento de la zona, generada por este aeropuerto”, acotó.
Destacó que la Presa Pluvial que recolectaría grandes cantidades de agua, una vez tratada para potabilizarla, podría hacer sustentable el plan hídrico de la Ciudad de México, por lo que subrayó que es un “gran proyecto” en beneficio de la capital del país.
Sostuvo que comenzará un plan de acción para que las autoridades federales y locales del ramo conozcan sobre la Presa Pluvial y en su caso apoyen el proyecto, para eso acudirá a las oficinas de la Semarnat, Secretaría del Medio Ambiente y al Consejo Económico y Social del gobierno capitalino, la SHCP, Conagua, con el mismo Jefe de Gobierno, entre otras instancias institucionales.
En apoyo de este proyecto, explicó la diputada local, también estará enviando cartas a Naciones Unidas, Hábitat C40 y otros organismos públicos y privados internacionales y nacionales que buscan cuidar el medio ambiente y especialmente que también trabajan por la sustentabilidad del agua en las ciudades.
En 1928, inicia el funcionamiento del Puerto Aéreo Central de la Ciudad de México, su construcción se efectuó en 710 hectáreas aledañas al pueblo del Peñón de los Baños, delegación Venustiano Carranza.
La actual terminal aérea es generadora de actividades comerciales muy redituables, tan solo en el año 2014 atendió a 34 millones 255 mil 734 pasajeros en tanto el siguiente año 2015, atendió a 38 millones 433 mil 078 pasajeros, lo que provoca un gran impacto ambiental por su funcionamiento.

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