Verdaderos hospitales para lo imposible

Guillermo Robles Ramírez
Por Guillermo Robles Ramírez

Las tradiciones de celebrar el Día de Reyes, no limita en solo rezar el rosario y partir la rosca de reyes, sino también existen otros más en donde hay familias que les pide a amistades o familiares que sean el padrino de su Niño Dios, resultando esto una bendición para ambas familias.

Se dice que los padrinos de un Niño Dios, es algo para siempre teniendo la misma responsabilidad que se lleva cuando son padrinos de bautizo. Desde conseguir la ropita para cuando se levanta al Niño Dios, con su gorrito y los zapatitos tejidos en los colores usuales de un bebé.

Una vez escogido los padrinos de cualquier Niño Dios, deberán estar al pendiente cada año en rezarle el 24 de diciembre, el día 6 de enero o bien el 2 de febrero el Día de la Candelaria, según lo que se acostumbre.

Pero no falta que con el tiempo o algún accidente durante el corto tiempo o bien al pasar los años éstas imágenes de Niño Dios, al igual que otras como la de los Reyes Magos, se van maltratando como es alguna despostillada o se van despintando, y en ocasiones se rompe alguna extremidad.

Hay veces que uno piensa que ya no tienen reparación alguna, pero va más allá de una figura simple o simbólica a lo que representa, sino que lleva consigo algo más, eso que los hace muy diferentes: amor.

Solo existe un solo lugar para poder llevar estas hermosas figuras arreglar que son en los mercados. Dentro de los mercados aparte de su deliciosa variedad de comida típica de cada región, y cada vendedor gritando sus servicios al paso de cada uno de sus pasillos, también existe el golpeteo de las viejas máquinas de escribir Remington ofreciendo su servicios para hacer cartas a jubilados, pensionados o gente que no sabe escribir requiriendo hacer algún escrito ya sea para un familiar, servidor público e inclusive para algún gobernador y también contestar misivas recibidas de parientes o amigos de su propia comunidad, pero preferentemente del resto del país o fuera de éste.

Pero uno de los servicios que en épocas decembrinas y enero son los famosos hospitales para las imágenes de la temporada como figuritas de los nacimientos, los Reyes Magos, ángeles, pero sobre todo la del niño Dios.

Como si fuera un hospital van llegando a estos locales, aquellos que por alguna razón les falta una piernita, un dedito, o cualquier parte de su cuerpo fracturados. Otros son restaurados con pintura, pues su antaño pasó de generación a generación van perdiendo el brillo de su color.

La lógica de la mercadotecnia índica que sale más barato comprar una nueva que restaurarlas, sin embargo, por muy cara que se encuentre la fe depositada en ellas, los años que llevan en la familia o el significado sentimental, nunca tendrá un precio.

No falta el familiar o propio dueño que siempre intenta primero en repararlo pegando la pieza con algún pegamento comercial dizque para dejarlo como nuevo, pero al final terminan en estos hospitales de figuras porque es inevitable la cicatriz de su fractura y por el mismo valor sentimental todos queremos que no se note, queriendo borrar cualquier imperfección para no recordar ese sentimiento de culpa e inclusive hasta falta de respeto ante aquella imagen que ha cumplido muchas peticiones de oración.

La mayor parte de estos artesanos dedicados a restaurar imágenes, comenzaron sus negocios con sus abuelos o padres en la venta de figuras religiosas haciéndose con el tiempo verdaderos expertos. Son interesantes las historias que cuentan teniendo en la mayoría una similitud, al igual al tipo de demanda a reparar.

Las que más acuden son las imágenes del niño Dios, faltándole desde un dedo, una mano y demás, pero también les llevan otras como son la Virgen de Guadalupe y de San Judas Tadeo.

Pero en ésta temporada lo que más llevan son del niño Dios, teniendo algunas varias generaciones en las familias y una antigüedad de hasta cien años, mientras que otros son recientes, pero el significado que tiene para sus dueños es muy importante y por ello buscan que los reparen.

Todos los que llegan a estos hospitales no quieren uno nuevo, aunque se les ofrezca más barato, porque cada uno tiene algo simbólico y por eso los conservan y los llevan con la esperanza de sanar al niño Dios, que fue regalado desde que eran niños porque sus papás o algún familiar se los pasó.

Es por eso que estos hospitales de figuras, son verdaderos artesanos que cuentan ya con moldes para hacer manitas y lo que falte, ahí le ponen todo, desde pestañas grandes, chicas, ojos o todo lo que requiere un niño Dios u otra imagen, también tienen todos los colores, cuentan con pistolas especiales para pintar y dejar bien sombreados y todo aquello que requieran.

Será por fe o por el significado que tiene para sus dueños, pero la restauración de imágenes religiosas es un oficio que continua a pesar del tiempo y ha permitido a quienes se dedican a ello, tener no nada más un medio para subsistir, sino también tener el orgullo de seguir con una tradición que perdura ya desde hace muchos años, haciendo de una profesión artesanal verdaderos hospitales de figuras. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

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