A TIRO DE PIEDRA: LOS VERDES, MUY VERDES

Por Julian Santiesteban

Algo debe haber hecho mal o no sería tan famoso
Robert Louis Stevenson

El Partido Verde Ecologista (PVEM), en los hechos, es la fuerza política más importante de Quintana Roo, gobierna más de la mitad de la población estatal, cuestión de la que ni cerca están los partidos Acción Nacional (PAN) o de la Revolución Democrática (PRD) que llevaron a Carlos Joaquín González a la gubernatura; y sin embargo, sus dirigentes han comenzado a dar “tumbos” hacia atrás, con errores estratégicos que pudiera costarles lo que tanto les costó obtener, colgados en las “espaldas” del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Más allá de lo bueno o malo de sus militantes –y vaya que son cuestionables-, es justo decir que el PRI permitió el crecimiento del PVEM al coaligarse de manera sistemática en cada proceso electoral desde hace ya una década en todo el país, a grado tal que los verdes, pensados como partido “periférico”, le han arrebatado ya una gubernatura al tricolor –Chiapas-, y en Quintana Roo ocupan los municipios de Puerto Morelos y Benito Juárez, que entre los dos suman 775 mil personas gobernadas, de un total de un millón 501 mil que habitan la entidad;  con la característica de que el primero es el destino turístico más importante de México y todo Latinoamérica, ahí nomás.

En contraparte, el PAN gobierna sólo el municipio de Cozumel, y el PRD no tiene ninguno de los once, –aunque quiere recuperar Benito Juárez-; y a pesar de que coaligados postularon a Carlos Joaquín González, este último no se guía por los postulados de dichos institutos políticos (y en Othón P. Blanco y Solidaridad; Luis Torres Llanes y Cristina Torres Gómez, sus alcaldes, tampoco son militantes de ningún partido), cosa que no hacen, por cierto, ni siquiera sus diputados o regidores; así que los verdes son en realidad la principal fuerza política estatal, por si los interesados en la cosa pública no lo habían notado. Vale la pena hacerlo ante la cercanía del próximo proceso electoral federal, en el que se renovarán la presidencia de la República, las cuatro diputaciones federales, las senadurías y las once alcaldías locales.

Y aunque los verdes “pintaban” para ser la fuerza política opositora al régimen; la incorporación de personajes con negro historial público, conocidos por cometer ilegalidades para acceder a las arcas públicas a toda costa y sobre todo por su vinculación con administraciones estatales anteriores, aun investigadas por los multimillonarios desfalcos cometidos, el avance del PVEM ha sido frenado de tajo, ante lo cual, por muy “bien surtidas” que estén las veintidós mil despensas que reparten mensualmente en Benito Juárez, su permanencia en el gobierno y sobre todo la ampliación de su influencia quedaría comprometida.

Entre esos errores se  cuenta la incorporación a sus filas de personajes de la peor ralea, ahí Israel Hernández Radilla, el ex regidor en Othón P. Blanco, ante cuya complacencia la criminalidad se disparó exponencialmente, a pesar de ser presidente de la Comisión de Seguridad; entretenido como andaba coordinando el “Mercado del Bienestar” borgista, ahí donde se intercambiaba basura por alimentos. Si se intercambiara a estos personajes o su desempeño, vaya que pudiera obtenerse una buena cantidad de comestibles.

Con excepción de Laura Fernández Piña, que ha sido la única incorporación de valía a ese partido, quedan investigaciones pendientes en los gobiernos verdes, como es el caso de Mauricio Rodríguez Marrufo, secretario del Ayuntamiento de Benito Juárez, acusado de enajenar ilegalmente predios durante la administración de Roberto Borge Angulo; mientras el presidente de ese municipio, Remberto Estrada Barba, no explica aun con suficiencia el extraño “negocio” en la renta de una centena de patrullas, cuya compra hubiera resultado millonariamente más barata. Aun así,  van ya preparándose para las elecciones de 2018, con gobiernos que no terminan de “despegar.”

Así, los verdes han resultado “muy verdes” para la administración pública, y con la incorporación sin distingo de “ratillas” y especuladores de tierras, les resultará difícil mantener su competitividad, más ahora que tendrán que llevar a cuestas la mala fama priísta –en caso de que persistan en coaligarse con el PRI-; sin considerar además el “monstruo” electoral que resultará la Morena de Andrés Manuel López Obrador, que amenaza con arrasar con todos los cargos de elección popular, por lo menos en Quintana Roo, así se observa desde aquí; A Tiro de Piedra.

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