El vestido, mejor que las armas

Guillermo Robles Ramírez
Por Guillermo Robles Ramírez

A nadie le gusta las guerras por ser actividades destructivas, pero por desgracia no se puede negar que es un mercado monumental para muchísimas naciones alrededor del mundo explotan descaradamente.

Más allá de castigar a los países más activos en cuanto a guerras se refiere, se les premia con el poderío que pueden mostrar al mundo como las naciones más fuertes, y líderes.

Después de las dos Guerras Mundiales y el haber vivido la guerra fría en donde cada nación con diferentes estrategias defendió una ideología, para mostrar y extender en todo el mundo su poderío.

Y cuando ésta guerra sin armas fue perdiendo poder entre los países que la propagaban, por ahí se empezó a debatir sobre cómo sería la próxima pelea entre las diferentes naciones para demostrar su poderío. Algunos hablaban de la preparación del armamento en el espacio y otros decían que sería en el mundo de la economía.

Este último concepto era el más lógico y posible de lograr sin tener que derramar sangre y si bien se estudia la historia de la evolución del hombre se puede determinar que uno de los comercios más antiguos del mundo que ha permitido el crecimiento económico y dominio de cualquier ciudad, país, o continente es el del rubro textil que durante siglos ha marcado la pauta entre la civilización de mundos y generador de trabajo para la humanidad.

No hay duda que éste mantiene también al mundo de la moda, y manera de expresión humana para definir no solo la personalidad de una persona sino también marca la impresión de una cultura a otra.

Su importancia no queda únicamente en las prendas de vestir, sino también su participación ha sido dentro del mundo industrial como el automotriz, entre otros diversos usos de la industrialización y generadores de trabajo como las maquiladoras.

Después de haber entrado a México muchos productos chinos de manera ilegal cosa que hace más de cinco años nuestro país nunca pudo mostrar prueba solicitadas por China para demostrar dicha práctica de comercio ilegal.

Al día de hoy, éste asunto quedó en el olvido y más porque entró en vigor un convenio que se había firmado con China hace 15 año en donde se estableció el día 12 de diciembre del 2011 para terminar con las medidas de eliminación de grandes aranceles a los productos de importación procedentes de ese país.

Y así fue ya que a partir de ese lunes más de mil 300 fracciones arancelarias de productos chinos comenzaron a entrar a México sin pagar los impuestos con los que estaban gravados desde 2001.

Algunos de los sectores afectados por la determinación fueron los dedicados a las prendas de vestir, entre otros más y aunque se estableció como cobro un promedio del 25 por ciento de arancel, éste realmente fue un obstáculo insignificante para los empresarios chinos ya que sus costos de producción están muy por debajo a la de los mexicanos.

Es más que evidente que las grandes empresas asiáticas han visto una extraordinaria oportunidad en todo el Nuevo Mundo, es decir, en el continente americano para que de manera legal haciendo gestiones con la Organización Mundial del Comercio, y lográndolo sacar adelante, esto ha permitido su aceptación en muchas partes del planeta, obviamente respetando los tiempos de acuerdos de tratados de comercio entre diferentes naciones pero que han sabido tener paciencia y tolerancia con los bloqueos arancelarios tan elevados.

Estas medidas comerciales para detener al gran dragón han colocado a México en una posición cómoda dentro de los primeros lugares tanto para las maquiladoras, así como del sector empresarial en el mercado textil, que durante las últimas décadas se convirtió en un dolor de cabeza para Estados Unidos, colándose China en primer lugar en aquel país.

Esta situación tiene un doble filo porque mientras el gigante dragón se apodera del vecino del norte esto significa una baja en las exportaciones en el mundo del vestir y maquiladora mexicana.

Ante éste tipo de amenazas, México sigue sin tomar ninguna medida y no olvidemos que la mano de obra barata de China está por debajo de la mexicana representando otro golpe en la economía mexicana.

Otra de las ventajas que tiene China, es que sus costos de producción son más bajos porque ser productores en variedades de hilo y fibras que no se hacen en el país, incluyendo la cantidad de otros productos dentro de su elaboración que pueden parar una línea de producción mexicana como la de los botones teniendo que esperar a que lo mande el proveedor autorizado.

Gran importancia tiene la CANACINTRA de cada estado de la república mexicana, así como las famosas Cadenas Productivas si no saben cómo orientar a la industria textil para ser más competitiva ante una amenaza para ser desplazados, y no ser suficiente con incentivar la compra de productos mexicanos.

Es mejor enseñar a pescar que dar el pescado, dando soluciones qué hacer, porque no se puede instituir una cultura cuando la economía de los mexicanos está tan castigada que obviamente cualquier consumidor va a comprar un producto más barato sin importar banderas más que la de su bolsillo. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

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