Eduardo Mendoza habla de las influencias en su obra

Tras recibir el Premio Cervantes, Eduardo Mendoza charló con la prensa: reconoció la influencia de la caricatura, Buster Keaton y los hermanos Marx en sus novelas

Madrid (N22/Francina Islas).- Tras recibir el máximo galardón de las letras hispánicas, Eduardo Mendoza mantuvo un encuentro con la prensa donde reconoció la influencia en su obra de personajes de la caricatura como Tribulete, Pulgarcito, las hermanas Gilda o la familia Cebolleta, además de Buster Keaton, los hermanos Marx, Miguel Mihura y Valle Inclán. Habló también de su novela más icónica, Sin noticias de Gurb (1991).

Sin noticias de Gurb es un libro para adultos pero muy infantil, el extraterrestre tiene grandes poderes, como todos los extraterrestres, pero es muy bobalicón y como un niño de cinco años, todo le gusta, todo le entusiasma y se queda con lo primero que ve: comer churros, andar en bicicleta. Aparte de un libro de humor, quiere ser un libro sobre la integración de las personas por lo que yo creo que se integran en las sociedades, por abajo, por los churros, por el barza.

Eduardo Mendoza, publicó recientemente con el Fondo de Cultura Económica Las barbas del profeta: “Aproveché para publicar un libro un poco excéntrico porque son memorias literarias absurdas y divertidas de mis lecturas infantiles de la historia sagrada comparada con la biblia y lo que eso supuso en mi desarrollo personal como esta concepción de la gran literatura que son los mitos fundacionales de la biblia […] El libro lo publica el Fondo de Cultura Económica radicada en México y con eso reanudé una relación antigua que tenía con México que va por otro lado no literario.”

Además de destacar la importancia de la literatura, el galardonado reconoció no tener demasiado interés por incursionar en la Real Academia Española: “No sabría qué aportar, palabras al diccionario, definiciones, no se me ocurre ninguna y entonces pienso ¿para que?, soy muy vago, perezoso, todas las responsabilidades que me puedo quitar de encima me las quito y nunca hago hoy lo que puedo dejar para mañana, nunca vi la necesidad, la ventaja. Me dicen: -¿por qué no te presentas?-, y yo decía -¿por qué me he de presentar?-, -porque vendrás y trabajarás. Pues ¡vaya recomendación!, mientras no lo necesite, buscar un empleo…”.

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