Hallan muerto a banquero español condenado por corrupción

Madrid, 19 jul (PL) El banquero español Miguel Blesa fue hallado hoy muerto en una vivienda de la provincia de Córdoba (Andalucía), cinco meses después de ser condenado a seis años de cárcel en un sonado caso de corrupción.
Según diversos medios de comunicación, el cuerpo sin vida del expresidente de Caja Madrid apareció este miércoles en una finca de la localidad de Villanueva del Rey, en el sur de España.
El cadáver presentaba una herida en el pecho provocada por un disparo de una escopeta de caza, en lo que algunos reportes periodísticos especulan con la posibilidad de que se tratase de un suicidio, aunque de momento no se confirmó ese extremo.
En febrero, la Audiencia Nacional -alto tribunal especializado en grandes casos de corrupción- condenó a Blesa a seis años de prisión por un delito continuado de apropiación indebida durante su etapa de banquero, en la causa conocida como la de las tarjetas black.
Esta misma causa, una de las más polémicas de los últimos años en España, sentó también en el banquillo de los acusados al otrora director gerente del Fondo Monetario Internacional Rodrigo Rato, quien fue sentenciado con cuatro años y medio de cárcel.
Sin embargo, en un auto emitido en marzo, la Audiencia rechazó imponer medida alguna a Rato y a Blesa -su predecesor en Caja Madrid- hasta que la sentencia, recurrida por ambos ante el Tribunal Supremo, fuese firme.
En proceso que involucró a otras 63 personas, ambos financieros fueron acusados de desviar de las entidades bancarias Caja Madrid y Bankia unos 12 millones de euros entre 2003 y 2012, mediante el uso de unas tarjetas de crédito opacas al fisco.
Caja Madrid fue una de las siete entidades de su tipo que se fusionaron en 2011 para dar lugar a Bankia, ya presidida por Rato y que al año siguiente recibió unos 22 mil millones de euros de fondos públicos para hacer frente al agujero financiero que tenía.
La justicia atribuyó a Blesa ser el impulsor de esta dinámica y que Rato la mantuvo cuando llegó a la presidencia de Caja Madrid en 2010, atribuyéndose una tarjeta sin amparo en su paquete retributivo, cuyo uso «fue en detrimento del caudal de la entidad».

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