Bajó Cristo a Saltillo

Guillermo Robles Ramírez
Por Guillermo Robles Ramírez

No se trata de ningún milagro, sino es así como da inicio una festividad que ya lleva 409 años de fe en donde y para ser preciso cada 6 de agosto se vive la tradición de venerar al Santo Cristo.

Es entonces que unos días antes es cuando se hace el descenso de la imagen del Santo Cristo de la Capilla para trasladarse a la Catedral Santiago Apóstol, para posteriormente se llevan a cabo eventos culturales, su gastronomía de antojitos mexicanos, deportivos, así como su tradicional novenario para venerar la llegada del Santo Cristo.

Durante esos días se puede disfrutar de esa combinación de colores, olores, sabores y sonido para celebrar la famosa fiesta de Santo Cristo, en donde los feligreses son víctimas de esas calles llenas de cacerolas con comida, guisos mexicanos como los tradicionales tacos rojos, sopes, huaraches, flautitas, gorditas entre otro, pero sin poder faltar el irresistible pan de pulque de los saltillenses.

Saltillo no solo se viste de gala por cumplir un aniversario más de su fundación. Cualquiera que pueda transitar o visitar el centro de la ciudad podrá experimentar la verbena popular en esta capital de Coahuila.

Este fin de semana para los saltillenses, así para sus visitantes o turistas un fin de semana con muchas tradiciones que tiene esta bella ciudad.

La festividad a Santo Cristo en la Catedral de Saltillo, también conocido como Catedral de Santiago, cuando logro la Diócesis en esta ciudad ya que antes pertenecía a la de Linares.

Esta festividad religiosa es un evento de gran importancia y popular. No nada más para los saltillenses si no para muchos creyentes del estado de Coahuila que viajan para hacer presencia a esta fiesta.

Su origen de la festividad del Santo Cristo, cuenta su leyenda en un 6 de agosto de 1608 al entrar en las calles Villa de Santiago del Saltillo, una mula con una caja de madera arrastrándola y posándose en la Plaza de Armas, llegaron los curiosos y al abrir la caja de madera vieja en su contenido se encontraba la imagen del Santo Cristo y como señal celestial se consideró que era una manera de manifestación de quedarse en la ciudad.

Así pasaron años con festejos con peregrinaciones, bailes de matachines, danzantes y música tradicional de indígenas en la que se convierte un revuelo entre el fervor de gente con fe, comerciantes, compradores, curiosos, turistas y toda esa mezcla lo convierte tan especial y mágico que es difícil de explicar esa emoción cuando se está entre la gente.

Entre las misas de mayor tradición y cultura, es la ofrecida a los matachines en donde toda esa mística energía, provocada la combinación de tamborazos, y diversos instrumentos musicales, en la que el violín forma parte integral e importancia de los matachines.

Durante estas ceremonias es fácil observar los llantos de emoción de los muchos feligreses cuando entran a la Catedral de Santiago. También los cantos de las mujeres entonando aquellas que son más conocidas y dedicadas a Dios en donde no existe una distinción si se trata del Santo Cristo, Jesús Rey, Jesús de Nazaret, Jesús, Cristo o bien como la mayoría de los católicos lo conocen como Jesucristo.

Es increíble que una sola fe pueda unir a todos los saltillenses en donde no hay la diferencia de clase social, todos ahí unidos en donde no existen rencores, ni enemigo alguno, sino solo la devoción y un día especial para pedir lo imposible porque los milagros se dan por el simple hecho de estar celebrando la llegada de Santo Cristo a nuestro Atenas de México, es decir a Saltillo, que no solo abre sus corazones a la localidad sino también al mundo entero porque ya es parte de una costumbre religiosa llena de historias místicas, milagros y cultura que se hacen leyendas. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

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