Rusia-EE.UU.: confrontaciones en Siria

Por Antonio Rondón

Moscú (PL) Estados Unidos parece finalmente desnudar sus intereses en Siria, poco relacionados con la lucha contra el terrorismo pero que pueden llevar a un conflicto con Rusia, comprometida con el combate contra ese flagelo.
Rusia actúa con el beneplácito de Damasco contra los grupos terroristas, mientras Estados Unidos y sus aliados lo hacen de forma ilegítima y con el cada vez menos creíble propósito de combatir a las formaciones extremistas en el país levantino.
De ello dan fe las denuncias del Estado Mayor (EE.MM.) de las Fuerzas Armadas rusas sobre el apoyo del Pentágono a las opositoras Fuerzas Democráticas Sirias (FDS).
El jefe de la Dirección Principal del EE.MM. ruso, Serguei Rudtskoi, indicó que los servicios de inteligencia estadounidenses instigaron una reciente ofensiva del grupo extremista Junta para la Liberación del Levante, otrora al-Nusra, en la zona de distensión de Idlib.
Rusia, Turquía e Irán crearon cuatro zonas de distensión para respaldar el régimen de alto el fuego en Siria, pactado el 30 de diciembre pasado, del cual fueron excluidos los terroristas.
El vocero del Ministerio de Defensa, Igor Konashenkov, denunció en Moscú que las FDS y oficiales norteamericanos dificultan la ofensiva del ejército sirio y de comandos especiales rusos en Deir Ezzor.
Al respecto, el diario Nezavisimaya Gazeta señala que el mando militar estadounidense envió una caravana de 120 camiones con armamentos y puentes plegables para apoyar el paso de las FDS a la orilla occidental del río Éufrates, controlada por tropas sirias.
Los miembros de las FDS, respaldados por el Pentágono, se disponen a tomar una parte de la zona oriental de la provincia de Deir Ezzor, hasta la ciudad de Abu Kamel. La región cuenta con gran parte de los yacimientos petroleros y de gas de Siria.
Konashenkov advirtió a la jefatura militar norteamericana que cualquier intento de ataque desde posiciones de las FDS, en Deir Ezzor, tendría la merecida respuesta del ejército sirio y las fuerzas rusas.
Sin embargo, el jefe da la operación Resolución inquebrantable, de la alianza occidental en Iraq y Siria, Rayan Dillan, aseguró que existen tres líneas de comunicación telefónica con Rusia para evitar incidentes bélicos.
Hubo una reunión de oficiales rusos y norteamericanos, declaró Dillan, quien se negó a ofrecer más detalles sobre esa cita.
Para el analista Mijail Troitsky, Moscú y Washington nunca quisieron una crispación de los vínculos bilaterales por la crisis siria, pues el país norteño reconoce la efectividad de la vía rusa para lograr el fin del conflicto.
El ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, se mostró más optimista tras reunirse en la ONU con su similar estadounidense, Rex Tillerson, al asegurar que ambos países coordinan acciones para evitar incidentes en Deir Ezzor y Raqqa.
Recientemente, el Ministerio de Defensa publicó en su página oficial fotos aéreas donde se muestran vehículos de comandos norteamericanos parqueados en zonas controladas por el EI, sin signos de combate o huellas de un bombardeo previo en esa zona.
El mando militar ruso considera que ello solo sucede cuando las fuerzas norteamericanas se sienten seguras, pese a estar en posiciones del EI, por donde transitan grupos de las FDS, sin entrar en confrontación.
La prensa local comenta que Washington muestra con mayor claridad los verdaderos propósitos al anunciar su entrada en la confrontación siria, cuando todo parece indicar que intenta asegurar el control sobre áreas petroleras donde están las FDS.
Pero en el camino para lograr ese objetivo choca con la presencia militar legítima de Rusia en suelo sirio, donde ya actúan, tanto con la aviación como con tropas especiales, batallones formados en el Cáucaso norte y la policía militar.
Dos años después de la entrada en acción de Rusia en Siria, los avances del ejército gubernamental son palpables, al igual que la debilidad del EI.
Pero ahora las acciones de Rusia, por un lado, y Estados Unidos, por el otro, convergen en Deir Ezzor porque se llega a un área de especial interés para la Casa Blanca.
En medio del carácter crispado de los nexos bilaterales, Moscú y Washington enfrentan cada vez más el peligro de un choque bélico en Siria.

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