Se apaga “Piedra de Alumbre”

Guillermo Robles Ramírez

Por Guillermo Robles Ramírez

            Un triste panorama es lo que luce muchas paredes hechas de adobe, pero ahora solo parece lodo viejo a punto de caer por estar tan viejas. Ya no se escuchan risas de niños en las calles, pero tampoco en esas casas debilitadas con el pasar de los años.

El cielo eterno ya no expresa su llanto, la tierra seca se levanta con el viento y se pierde en la inmensidad del desierto. “Piedra de Alumbre” es su nombre, allá, en General Cepeda, Coahuila, porque ya no tiene valor como en la Edad Media, el cual tenía su valor hasta el grado de ser no solamente una piedra codiciada por arzobispos sino también por reyes en aquella época.

Los comercios apenas subsisten, la agricultura ya no da para comer sino solo a unos cuantos y la industria se queda encerrada en la llana pregunta. ¿Cuál? Ya no es Piedras de Alumbre, es todo General Cepeda.

El decrecimiento de la población cepedenses de 18 mil habitantes en 1985 a 11,284 su número de población en el 2005 e irónicamente misma cantidad de gente en el 2010 o al menos todavía registrado esa misma cantidad, a veinticinco años después para convertirse en una cruda estadística de su realidad.

Con una golpeada agricultura imposible de desarrollar en medio del desierto, con más de cinco mil hectáreas que ya no significan nada; con un comercio desmembrado y nula actividad industrial: ¿Qué le queda a General Cepeda?

El valor de este municipio no está, pues, en ninguna de estas actividades figura. Sin embargo, ello no implica que no lo pueda ser, a excepción de la agricultura ya que ésta depende de factores tan importantes como la existencia de agua, de las cuales muy apenas 900 hectáreas tienen riego.

Mas no obstante con una promoción industrial para la cual sí tiene capacidad se podría reactivar el comercio y el empleo.

Los esfuerzos de reactivación económica de la actual administración estatal se han concentrado en la actividad industrial. Así han sido las noticias sobre enormes inversiones en Saltillo, Monclova y algunos otros muy contados municipios pequeños como Parras y Ramos Arizpe.

¿Cuáles son los criterios para definir la instalación de una empresa en un lugar? ¿Qué acaso General Cepeda no reúne características para poder crecer? ¿Sus desventajas en la agricultura son un factor de total estancamiento? ¿Por qué las autoridades estatales y municipales no han puesto los ojos en ese municipio más que para intentar extraer el agua tan escasa y llevársela a la cabecera municipal de Saltillo?

La única inversión importante que se ha anunciado para General Cepeda es la del Centro Integral de Manejo y Aprovechamiento de Residuos Industriales (CIMARIS)  y no ha sido solamente cuestionada duramente sino también escenarios de temas políticos como fue objeto el ex candidato de Nueva Alianza, Gabriel Quadri de la Torre, como el único postulado de aquel partido para la Presidencia de México en el proceso electoral de 2012, pero cuando estuvo en su calidad de director del Instituto Nacional de Ecología en el gobierno de Ernesto Zedillo, concedió permisos a una empresa norteamericana para establecer este tipo de confinamiento a algunos estados de la república entre ellos el caso de General Cepeda de Coahuila de Zaragoza, y la instalación del centro de desechos tóxicos causando controversia y la indignación de la población en aquel momento y todavía en la actualidad, pero a diferencia de antes al día de hoy esas quejas ya no tienen eco en los medios de comunicación.

¿Es acaso un municipio destinado a la emigración de sus habitantes como lo ha sido durante sus últimos 25 años? ¿Es la naturaleza ser verdugo el desinterés e incapacidad de las autoridades?

El activo de General Cepeda es su gente, su trabajo. Sólo que este activo es cada vez menos, pues se va a otros lugares: Saltillo, Monterrey, Estados Unidos, etc. ¿Cuál es el futuro de General Cepeda?

Quizá las autoridades en su afán de fortalecer industrialmente al estado, han puesto los ojos sólo en las ciudades más importantes, pero la miseria, la verdadera pobreza no lo es tanto en las colonias populares.

General Cepeda de Coahuila de Zaragoza, tiene en su gente su potencial de crecer, la industria, eso le significaría una esperanza para los cientos de cepedenses que cada año deciden buscar su destino fuera de su tierra, donde buscan el sueño de vivir dignamente y en donde, quizá, paradójicamente, la vida les sea arrebatada por la falta de oportunidades generalizado en todo el país. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

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