Delirios amorosos y pasionales

Por Brenda Trujillo

Actualidad roja

Puebla, 12 marzo (ASI) “El respeto se inventó para llenar el vacío que debe completar el amor” declaración emitida en la novela Anna Karenina, obra de León Tolstoi, escritor ruso (1828- 1910).

La protagonista de la historia es esposa de Alexei Karenina, y amante del conde Wronsky. La trama se desarrolla, en el Siglo XIX, época en la que el adulterio era totalmente reprobatorio por la sociedad. Ella, aunada al matrimonio, consciente de las consecuencias de sus actos, se entrega a sus latidos y sentimientos por el joven soltero, quien la seduce. Los dos desfallecen por sus deseos emocionales y carnales. El ambiente tiene tintes de felicidad y tragedia.

Ejemplificando uno de los libros más demandados de Tolstoi, retratados en la cinematografía, el contenido aún es análisis de hechos recientes, en la vida cotidiana y urbana de Puebla.

La infidelidad, en tiempo presente; en la sociedad,  ya no es castigada  de la misma manera como hace décadas. Incluso hay diversos tipos de parejas, para aceptar situaciones de dicha índole.

Existe la monogamia, bigamia, poligamia, relaciones estables, casuales, abiertas, amigos con derechos, entre otras definiciones.

Cada una pone sus reglas para el debido funcionamiento, pero no siempre es suficiente, ya que los conflictos están a la orden del día.

El cariño de hoy: matices masoquistas y drásticos

Al menos, un 50% de las parejas conyugales, noviazgos o lo que represente algo más que la amistad, tienden a crear un círculo vicioso en sus relaciones.

Se abrazan, se besan, pueden compartir una vida, un mismo espacio, tener encuentros placenteros e interiorizar el conocimiento de sus seres; de repente, surge una polémica entre los enamorados y se alteran, pelean y se ofenden gravemente, lastimando la integridad moral. Al poco rato, surge el arrepentimiento y se perdonan. El detalle es que se vuelve un factor constante, normal y sin retracto.

Estudios psicológicos indican que es preciso alejarse de este tipo de relaciones, pues a largo plazo, resultan dañinas. La opinión pública dice que “eso no es amor”, se denomina codependencia y falta de respeto al otro. Sin embargo, el tumulto, generalmente criticará sin realizar una observación propia.

El europeo puede practicar un amor diferente al mexicano. Dentro de un país, las personas ejercen diferentes tipos de afecto íntimo, el problema es que no hay entendimiento para el que vive una adoración distinta.

Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir, se vincularon de manera intelectual, libre de ataduras y estereotipos. Para otros, es una praxis errada, pues si no hay consolidación absoluta no es amor.

Ni el matrimonio es encadenarte, ni producto de eternidad; el no casarte tampoco es significado de falta de compromiso. Lo que no se ha entendido en este concepto tan rebuscado es que no hay reglas generales.

Platón, en su obra “El banquete”, aborda la cuestión en una de las tantas conversaciones, él lo designa como perfecto, puro y genuino, desprovisto de arranques que rayan en lo efímero; no obstante, esta caracterización solamente puede existir en el mundo de las ideas. El sujeto idealiza al otro, pero nunca logra la excelencia.

En parte, es cierta la visualización platónica, en el momento en que la mente del amado forja ilusiones y siembra expectativas. Pero, ya en la materialidad, en el instante en que se está queriendo al otro, se aceptan conductas y pensamientos inimaginables con tal de fomentar una permanencia amorosa, a costa de lo que sea. En lo devastador también hay querer.

En este idilio no se habla de géneros, pues el dominante puede ser tanto hombre como mujer, ambos o ninguno. El sadismo físico, verbal o emocional no debe ser excluido de los asuntos amorosos, pues algunos buscan esos elementos en una relación.

No se trata de que sea correcto o inadecuado, si el que persigue estas tendencias tiene consciencia de las repercusiones, sufre, pero las disfruta plenamente, entonces posee el derecho de experimentar ese amor.

Si todos los amores fueran bellos, sublimes y típicos se perdería el sabor del mismo. Es como un cubo rubik, de todas las formas y aromas.

Más adelante se abordará los tipos de amor individualmente, los sectores que los practican y en qué términos. Por lo mientras, se puede leer:

Ahondando en los lares psicológicos de la poligamia y poliamor

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