Agencia Télam paralizada tras masivos despidos

Buenos Aires, 26 jun (PL) Mientras corría el partido crucial de Argentina en el mundial, la agencia estatal Télam permanecía sin dar la noticia y sigue hoy aún en paro tras los despidos que dejaron en la calle a 354 trabajadores.
Una dura jornada de lucha se respira dentro del edificio de ese medio de prensa, tomado de forma pacífica por varios de los que fueron avisados mediante un telegrama que habían quedado sin sus puestos por la decisión de una restructuración como un «camino para modernizar y profesionalizar la empresa», según un comunicado.
En un mensaje difundido por la dirección de la Agencia, se precisa que «luego de una minuciosa evaluación en cada área, hemos decidido desvincular a empleados que no responden al perfil que buscamos para una agencia pública de noticias que debe avanzar hacia un mejor y eficaz funcionamiento».
Asimismo, sostiene «que el esfuerzo de dos años y medio por profesionalizar la empresa siempre chocó con un grupo que confunde privilegios con derechos», tras citar a 44 delegados sindicales «que realizaron en este período 61 medidas de fuerza, que pone en evidencia el hostigamiento del que fue víctima el directorio de una empresa del Estado».
La incertidumbre sobre cómo encontrar trabajo, en medio de una situación cada vez más compleja con varios desempleados por el recorte estatal, un dólar que no para de subir aparejado con una inflación que crece, se posa sobre esos ahora desempleados que reclaman la devolución de sus puestos laborales.
La decisión no solo abarca a periodistas, también fueron despedidos diseñadores gráficos, telefonistas, entre otros de diversas áreas. Algunos llevaban más de 20 años trabajando en la Agencia.
Desde hace varias horas un cartel en rojo en el sitio de Télam anuncia que por medidas de fuerza gremial el servicio se encuentra temporalmente limitado y la página permanece desactualizada.
La respuesta por los despidos ha encontrado ecos en varios colegas de otros medios. Rodeados de compañeros de la radio y la televisión nacional y del Sindicato de Prensa de Buenos Aires, en las afueras de edificio de Télam varios de sus trabajadores protagonizaron una jornada de manifestación.
Fuimos claros cuando la semana pasada denunciamos la existencia de un plan de desmantelamiento del servicio periodístico de Télam, gritó uno de los periodistas despedidos desde un micrófono en la entrada de la puerta de la Agencia, mientras repicaba una arenga: unidad de los trabajadores y al que no le gusta se jode, se jode.
Esa misma consigna fue repetida muy cerca de la Casa Rosada, sede del poder Ejecutivo, en la histórica Plaza de Mayo, a donde fueron varios de los despedidos a hacer visible su lucha.
Muestras de solidaridad de varios grupos políticos y sociales y de personalidades reciben los desempleados de Télam.
En un video difundido en internet, la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, envió su apoyo a los periodistas y los instó a hacer visible por todos lados lo que están viviendo.
«No abandonen la lucha, háganla visible, sáquenla afuera, mándenla a todas partes del mundo, estamos con ustedes», apuntó la destacada defensora por los derechos humanos.
En un mensaje en twitter, una de las periodistas de Télam, Silvina Oranges, describió lo que se vive tras las puertas: es muy difícil de contar, dijo. La redacción se divide entre aquellos a los que les llega un telegrama de despido y los que recibimos un email de confirmación para ser parte de la «nueva agencia». Llantos y abrazos. Muy perverso todo.
En mayo pasado los reporteros de ese medio habían paralizado el servicio de noticias y encabezaron un tuitazo en las redes sociales por la decisión de echar a dos colegas del sector económico. Desde entonces ya se avizoraba un recorte de puestos laborales.
Un mensaje aún más desgarrador se replica en twitter por estas horas, el del periodista Carlos Nis: mis hijos lloran con el gol de Rojo (en referencia al partido de fútbol frente a Nigeria) yo, agregó, porque no se como decirles que hoy me echaron de la agencia Télam después de 22 años.

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