Postales de Rusia: Viktor Tsoi

Seguimos la estela que tras su muerte, 28 años atrás, dejó este rockero soviético y héroe popular que cada noche revive en bares under de San Petersburgo

Por Huemanzin Rodríguez

Todo comenzó una noche fría en un club de rock en San Petersburgo. Por las entrevistas y recorridos previos durante el día terminé por comer a la hora de la cena en un restaurante dentro de un barco de madera muy cerca del viejo puerto comercial de la ciudad. El servicio fue espléndido y las ostras estuvieron deliciosas, a la velada le acompañó el ronco crujir del hielo en la superficie del río Neva.

-Hoy vamos al club Kamchatka, es noche de música de Кино, dijo Olga.

Debido a mi gusto por la geografía y el cine sabía perfectamente las referencias, pero no sabía exactamente de lo que se trataba. Al terminar la cena y la bebida, cerca de las diez de la noche, salimos rumbo a Kamchatka. En verdad no sabía cómo imaginarme un club de rock en San Petersburgo pero lo que vi resultó completamente nuevo para mí. Llegamos a unos edificios de departamentos de los años cincuenta en cuyo sótano, por el que se descendía a través de una escalera exterior desde un callejón, estaba Kamchatka. El logo del club tenía a un hombre con una pala con carbón. Resulta que en el pasado soviético, la calefacción de este tipo de edificios requería de hombres alimentando con carbón las calderas. Ahora,  con los diversos tipos de energía este trabajo no era necesario y esa caldera quedaba libre. Ahí decidió Sergei Firsov abrir un club que mantiene la memoria de Viktor Tsoi, un importante rockero de los años ochenta y principios de los noventa, cuyo rostro conocí en la enorme cantidad de carteles y afiches que uno sobre otro están pegados en los muros del callejón. De hecho, antes de entrar al club con el nombre de la península rusa al norte de Corea y Japón, en el océano Pacífico [territorio para bases militares, volcanes, hielo y parques nacionales], hay una escultura de Tsoi.

Al entrar a este sitio de luces bajas descubrí que el club era también un museo: había casi altares empotrados en los muros, su ropa, su guitarra, sus discos. En el escenario un afiche muy grande con su foto en blanco y negro, con el cabello largo algo despeinado, como si Jim Morrison hubiera vivido el New Romance británico. Los ojos de Tsoi rasgados es por su origen: su madre, una gimnasta rusa y su padre un ingeniero coreano que trabajó en la construcción de las vías ferroviarias desde el Atlántico hasta San Petersburgo. Como fue un buen trabajador pudo vivir en la ciudad y no en ese territorio en medio de las repúblicas soviéticas donde mandaron a la mayoría de los inmigrantes coreanos en tiempos de la URSS.

Olga me había dicho que era noche de Кино, es decir, una vez a la semana en el club se reúnen bandas para tocar sólo la música del grupo de Tsoi. No sabía el nombre del tema pero su música se me pegó con las cervezas bálticas, la felicidad del grupo Proyecto Peremen en el escenario y el ambiente festivo que contrastaba con el rostro severo de Sergei (el dueño), junto a la barra, donde a un costado estaba una colección grande de discos en venta.

Con mi cámara grabé lo que se escuchaba y coreaban, después supe que la canción se llama Хочу Перемен, que se traduce algo así como “Queremos cambios”, el tema más famoso y el que más me gusta de la banda. Pero lo verdaderamente emocionante era ver a la gente feliz, vivir su emoción frente algo que desconocía y en lo que ahora deseaba involucrarme más. Eso siempre me pasa con la música, es la mejor manera con la que me involucro con personas y países que no conozco. Ha sido a través de la música y la comida como he tenido mis mejores anécdotas en otro idioma.

Cuando los rusos beben son como los mexicanos, borrachos escandalosos que lo mismo se amenazan de muerte, que se golpean o se besan llenos de afecto. Esa noche me tocó ver gritos insultos y por fortuna, al final abrazos y besos. Sergei fue muy gentil y nos contactó con Oleg Garkusha, del grupo memorable АукцЫон, toda una celebridad. De ellos me gusta mucho su tema День победы (Día de la victoria). Con Oleg hablamos al día siguiente en el bar Fish Fabrik, nos contó de la importancia de Tsoi y sobre la historia del rock ruso, que nació en Leningrado, como se llamó San Petersburgo en tiempos de la URSS.

Viktor Tsoi fue un joven alumno en la Escuela de Artes de la ciudad pero fue expulsado de ahí porque le dedicaba más tiempo a la guitarra que a los estudios. Siguió con la guitarra al tiempo que se convirtió en carbonero de la calefacción de edificios. Con sus amigos grabó un demo en un cassette que, de copia en copia, llegó a numerosos seguidores, a lugares insospechados. Vino así la oportunidad de grabar su primer disco. Contrario a lo que la gente cree en

Occidente, el rock nunca estuvo prohibido, pero sí regulado. Oleg Garkusha es uno de los pioneros, pero hay alguien más importante, nos dice, se llama Seva Gakkel, él con su grupo Аквариум fueron los primeros soviéticos que salieron del país para participar en un festival de rock, fue en Canadá a principios de los años setenta. Oleg nos pasa su contacto y lo buscamos, nos dio cita dos noches después.

En lo que llegaba el encuentro, Ana y Olga dirigieron la velada a otro club de rock, el Zal Ozhidaniya (El Recibidor), un antro fresa tipo El Plaza Condesa, pero verdaderamente hermoso, ubicado muy cerca del río en lo que fue una vieja estación del metro. Verdaderamente impresionante. Ahí escuché al famoso Delfín, rockero que canta letras reflexivas poco felices con una mezcla de sonidos de los ochentas, como los de los primeros The Cure y Depeche Mode, con armonías sutiles en la guitarra, similares al feedback de un temprano The Edge. Me gustó, pero aún sonaba en mi cabeza Хочу Перемен de Кино.

A la noche siguiente Seva abrió las puertas de su casa, como obsequio llevamos una botella de vodka, pero al igual que Oleg, dos días antes, rechazó beber. –He bebido lo suficiente en mi juventud. En cambio nos ofreció té, nueces y arándanos. Hablamos mucho de rock. Nos puso el tema que más le hace sentir orgullo de sus tiempos en Аквариум (Acuario): Прекрасный дилетант. Seva toca el violoncello y el instrumento que usó en esos años se lo ha regalado a su hija. Si hay una figura capital del rock ruso es él. Ahora va de solista y reunió a todos los rockeros rusos de diversas generaciones para que hicieran el coro de su tema Эйяфьядлайёкюдль (Eiyaf’yadlaiekyudl’), como se llama el volcán islandés que en 2010 paró el tráfico aéreo de toda Europa cuando entró en erupción. Seva ahora trabaja en  www.balconytv.com, una página donde se dan a conocer bandas indies con entrevistas y concierto en vivo desde un balcón en San Petersburgo, le ha ido tan bien a la página que ya hay balcones así en diversas capitales del mundo que se pueden ver en la misma página.

Seva nos habla mucho de Tsoi, dice que pudo entender el alma de los jóvenes rusos y que se le recuerda en todas partes del país. –Pero, es Sergei el que sabe más de Viktor Tsoi. -¿Sergei? ¿El dueño de Kamchatka? –Sí, es amigo mío.

Al día siguiente volvemos a Kamchatka, y muy gentil, Sergei nos invita a su casa. También llevamos vodka y también fue rechazado. Nos mostró su enorme colección de discos y cassettes y nos ayudó a entender la historia del rock en la URSS. No había una industria, todo era copia de la copia. Regulado el rock, su venta era limitada y penada fuera de la regulación, la verdad es que todo se distribuía con dealers y Segei mismo fue uno de ellos, conoció a muchas bandas de la época. Por eso es que tiene su club desde los años noventa.

Fueron muy famosos, dice Sergei de Кино, incluso salieron en una película que hoy es de culto, la cinta se llama Assa (1986) de Solovyov. Tsoi protagonizó, al año siguiente, el largometraje La aguja. Sus letras son algo cercanas a ese espíritu de Bruce Springsteen en  “The River”.

Me apasioné con el tema, busqué películas, conseguí discos que Sergei me recomendó de todas las bandas importantes y de los músicos que iba conociendo. Entendí el poder de Tsoi, ¡cómo describirlo! Entonces escribí lo siguiente:

El 17 de agosto de 1990, el diario Komsomólskaya Pravda publicó: “Viktor Tsoi significa para la juventud de nuestra nación más que cualquier político, escritor o celebridad”.  Y es que Tsoi es el primero y último héroe del rock ruso, era parte de una generación que no sabía que iba a tener en sus manos a un país nuevo. Todo comenzó en la ciudad de San Petersburgo, entonces llamada Leningrado, cuna de grandes compositores, también la ciudad donde en los años setenta fue abierto el Rock Club, uno de los pocos lugares donde se reunía casi toda la escena de un  movimiento clandestino y sin apoyos. En 1977, cuando Tsoi tenía 15 años, fue expulsado de la Academia Artística Serov, bajo el argumento de que le dedicaba más tiempo a la guitarra que a la escuela. Así que se inscribió en una escuela nocturna mientras trabajaba y componía canciones.

En 1982, Viktor Tsoi fundó el grupo Kino y grabó en su departamento su primer demo, que de copia en copia circuló por todos lados. Pronto vino el primer disco y con él un tema que definió Kino y a Tsoi frente al sistema, “Suburban Tren Eléctrico (Электричка/ Elektrichka ), que cuenta la historia de un hombre atrapado en un tren que lo llevaba a donde no quiere ir, una metáfora de la vida en la Unión Soviética. El gobierno les prohíbe tocar el tema en vivo, pero los jóvenes lo habían escuchado.

Poco después Tsoi compone el tema “Declaro mi casa… (zona libre de armas nucleares)” Я объявляю свой ​​дом… [безъядерной зоной], que dispara la popularidad del grupo durante una guerra que cobró la vida de miles de jóvenes soviéticos. En 1986, con las reformas de Gorbachov, Tsoi aprovecha el momento y toca “(Queremos/demandamos) ¡Cambios!”  (  : [Хотим/требуем] перемен!, [Khotim/Trebuyem] Pyeryemyen! ).[Хотим/требуем] перемен! Todo un himno de su tiempo. Es inevitable que el rock siga en la clandestinidad y nace la Kinomanía.

Tsoi se casa con Mariana, el amor de su vida y su más seguro apoyo. Es la era de los conciertos, filma películas, edita varios discos que llegan hasta el último rincón de la URSS, pero el éxito no se refleja en dinero pues la mayoría de sus grabaciones se distribuyen a través de copias caseras, por ello Tsoi nunca deja su trabajo en la caldera de calefacción de un edificio de departamentos, algo que lo hace más cercano a la gente, quienes ven en el ídolo una inspiración.

Kino hizo una gira en Italia, Francia y Dinamarca. En 1990 cantan frente a 62 mil seguidores en el Estadio Luzhniki, no había nadie como ellos en todo el país. La mañana del 15 de agosto de 1990, Viktor Tsoi (Виктор Робертович Цой) conduce solo de Letonia rumbo a San Petersburgo, debido al agotamiento se queda dormido al volante y choca contra un autobús, muere al instante, en la guantera había una cinta con las voces para lo que sería su siguiente álbum, el que completan sus compañeros y titulan Chorni album, el Álbum negro, el más famoso de todos.

La noticia de su muerte corrió como pólvora, el hijo único de una profesora de gimnasia y un ingeniero ruso-coreano fallece semanas después de cumplir 28 años, decenas de jóvenes se suicidan ante el vacío. Casi espontáneos nacen monumentos y grafittis en su memoria que hasta nuestros días, a casi 28 años de su muerte, son un referente social.

Cada país tiene a sus héroes de bronce y a sus héroes populares, San Petersburgo tiene para Rusia, a Viktor Tsoi (Bи́ктор Ро́бертович Цой 1962-1990). Cuando hago una fiesta en casa, siempre tengo tiempo para compartir con a mis amigos [Хотим/требуем] перемен.

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