Atenas, 25 jun (PL) Una mujer de 61 años pasó en esta capital más de dos días de sufrimiento junto al cadáver de su hermano en casa, y en medio de una sofocante ola de calor, al carecer de medios para enterrarlo, según publicó hoy el diario Eleftherotypia.
El fallecido, Stathis Nikolaidu, de 64 años, se encontraba desempleado desde hacía tiempo y solo la escasa pensión de viudedad de su hermana Olga, con la que compartía piso, hacía posible su frugal existencia.
Cuando el sábado por la tarde Stathis murió en su domicilio, Olga no pudo encontrar una sola funeraria que aceptara el cuerpo si no pagaba por adelantado, exigiéndole hasta mil 600 euros por mantenerlo refrigerado hasta que pudiera solicitar una ayuda de la asistencia social.
Tampoco los hospitales pudieron ayudar, debido a que las ambulancias no pueden transportar a los muertos a menos que sean víctimas de accidentes de tráfico, ni la Archidiócesis de Atenas que tenía sus oficinas cerradas hasta hoy martes, al ser el lunes festivo.
Las horas transcurrían y Olga tuvo que pasar la dura prueba de compartir su pequeño apartamento con un cadáver en descomposición. «Puse tres ventiladores en la habitación, pero el hedor estaba en todas partes, hacía mucho calor», explicó.
«Perdí los dos trabajos que llegué a tener por causa de la crisis, con mi pensión no teníamos bastante para pagar el alquiler y comer los dos, y ya había vendido el oro y la plata que tenía», aseguró al diario.
Hasta hoy por la mañana no se pudo realizar el entierro, una vez que abrió las puertas la oficina de la asistencia social y aceptó responsabilizarse de los costes.
Según Yorgos Papandreu, responsable de los cementerios municipales de Atenas, «al menos en este caso había un familiar que deseaba enterrar al fallecido», lo cual no siempre ocurre en estos tiempos pues, según relató, cuando la muerte ocurre en un hospital muchos son abandonados dejando a las autoridades la responsabilidad de enterrarlos.