Fundación para las Letras Mexicanas busca forjar a los «nuevos clásicos»

CIUDAD DE MÉXICO, México, (N22).-

“Lo más resaltable es que no es un organismo gubernamental en la tradición cultural en México. En ese sentido es diferente, afortunadamente se integra a una promoción cultural de México con enorme tradición, muy benéfica y singular en el mundo. Gente que conoce de la fundación en otros países se sorprende que exista una institución como ésta”, comentó el poeta y director general de la Fundación para las Letras Mexicanas, Eduardo Lagagne.

Bajo el lema que acuñó Lagagne: “La Fundación para las Letras Mexicanas: Filantropía para la literatura, literatura para el desarrollo social”, el 12 de junio de 2003 comenzó a operar este organismo favorecido por un grupo de patronos. Desde hace diez años la Fundación promueve la formación de jóvenes escritores durante uno o dos años con una beca para crear proyectos de creación literaria e investigación.

“Los becarios pueden renovar según su perfil y trabajo, este programa de formación para jóvenes escritores es muy sólido y ya tenemos 10 generaciones de muchachos menores de 30 años que se han hechos sólidos con su formación de escritores”, agregó.

El escritor, un perturbador de conciencias, según Vicente Quirarte, quien trabaja como tutor en la institución; por eso, a diferencia de otros programas donde sólo se otorgar un estímulo a los becarios, deben permanecer varias horas al día en la sede de la fundación y trabajar sus proyectos.

Una consigna es que la Fundación busca convertir a la praxis, es decir, los becarios deben crear “nuevos clásicos”. Lagagne explicó que “desde la primera generación en 2003 ya hay voces que están participando con mucha actividad y presencia en la literatura mexicana. Nunca se sabe cuál es el destino del escritor, quién tiene el tino, no sólo por su lenguaje y capacidad creativa, sino por el contexto y causas que se dan alrededor. No es la búsqueda de la fama, simplemente la consolidación de un autor para que en su crecimiento tenga mejor hecha su propia literatura y su propio material expresivo”.

Los aspirantes a becarios deben tener menos de 30 años, demostrar destreza con las palabras, su trabajo previo y por encima de todo, habilidades de lectura. Para los dirigentes de la Fundación, la escritura y la lectura forma un binomio indisoluble. “La solidez de la lectura permite que se llegue a ese momento de la escritura”.

Para seleccionar a los becarios se toman en cuanta a tres jurados, escritores en activo de cada género, que revisan el material y proponen una selección. El grupo es entrevistado para ver sus cualidades, “básicamente si es alguien que es buen lector y está intentando el ejercicio de literatura, entonces es un buen candidato”.

Representantes de la Fundación subrayan el hábito de lectura porque -explicó Lagagne-, el Programa Nacional de Lectura de la Secretaría de Educación Pública es un camino de doble vía. La lectura va a producir esta idea para quienes escriben y la escritura solamente se logra cuando hay un lector sistemático, ordenado, que se va adiestrando en esta recepción y después querrá crear su propio mundo.

El objetivo que persigue la Fundación es la destreza de cada becario por escribir, “hay mucho potencial para la reflexión. Esta capacidad también se alienta a través de cursos y cotejo entre pares, con asesorías, todo el tiempo reflexionamos en el tiempo del curso, en cada género hay un tutor, que es representativo de una escritura actualizada”.

Los tutores por género son:
1) Dramaturgia: David Olguín, (promotor, director escénico, escritor).
2) Ensayo: Vicente Quirarte (director de la Biblioteca Nacional ,académico de la lengua)
3) Poesía: Antonio Deltoro (miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte, dirige un taller en la Casa del Poeta)
4) Narrativa: Bernardo Ruíz ( miembro del Sistema Nacional de Creadores, profesor de la Escuela de Escritores de la SOGEM)
En cuanto a la investigación, la Fundación para las Letras Mexicanas trabaja en La enciclopedia de la literatura en México, que funciona desde el portal www.elem.mx.
“Es un trabajo descomunal, va a ser un proceso largo.Tenemos un consejo de la enciclopedia formado por un consejo rector de la enciclopedia, son grandes personajes de la investigación en México. En esta parte el trabajo los becarios de investigación conviven con los demás, ya que los investigadores no siempre trabajan esa parte creativa en el sentido de la ficción y la gente de la ficción no tiene la experiencia de acercarse s a la investigación, hacemos una interdisciplina muy rica”.

Otro objetivo es crear vasos comunicantes entre la literatura mexicana y la universal a través de la traducción:

“No hay una disponibilidad de la literatura mexicana ni siquiera en español. Buscar que autores importantes estén en otros idiomas es un gran propósito. Hicimos un primer plan de autores en inglés. Hay una antología de la literatura mexicana en francés, hay una posibilidad con el Fondo de Cultura Económica si abre una sede en Washington para traducir a los autores canónicos como Alfonso Reyes a través de un libro que le hizo José Luis Martínez, está Monsiváis que cumple un aniversario de su fallecimiento, Ibargüengoitia, que seguro para el traductor fue muy complejo y Jaime Sabines”.

En cuanto a galardones, la Fundación otorga el Premio de Poesía Infantil. Se trata de poesía para niños no escrita por niños y los autores proceden de países, como Francia, Inglaterra, Japón, Arabia, entre otros. El libro ganador se premia con 20 mil dólares, se edita e ilustra en conjunto con el FCE.

“Hasta hoy esos libros de poesía infantil son los únicos del catálogo del FCE, han ingresado a las escuela primarias en México. En otros países han obtenido premios de diseño, de instancias de lectura internacionales. Las editoriales se interesan de acuerdo con sus criterios, ofrecen una forma interesante para forma lectores”.

El espejo de Ana Clara, Max y su ojo submarino, Tigres de la otra noche y Que no sabe Pupetta, son algunos títulos que ya circulan en las librerías.

Hace diez años el número total de becas fue 20 y ahora son 248 para 160 becarios. Los becarios que ya circulan en el mundo literario son: Richard Diqueria, Alberto Villarreal, Diego Álvarez Robledo, Alfredo Hinojosa, Marian Gándara, (dramaturgia). Mijaíl Lamas, Cristian peña, Julieta Gamboa, Julieta Flores (poesía). Jorge Comensal, César Tejeda, Nadia Villapuerte, Vicente Alfonso, Daniela Bohórquez, Luis Jorge Bone (narrativa). Valeria Luisielli, Marina Azagua, Edgar Yepez, Jazmín Navarrete (ensayo).

Cuando termina el periodo de beca, la Fundación realiza un seguimiento a los alumnos por petición del patronato. “La mayoría sigue escribiendo u otros ingresan al ámbito académico, muchos son doctores o ya lo eran. Tenemos periodistas, editores, maestros, gente que a la par trabaja en la promoción cultural, y traductores”.

A perspectiva, Lagagne comentó que se trata de una década satisfactoria, “hay voces que van tomando su lugar, 10 años en la historiografía literaria nacional es poco tiempo, pero creo que la Fundación se suma a la promoción cultural nacional, reflexiona, se integra a los programas y defiende espacio alternativos para la gente creativa, las instituciones culturales de México tienen gran tradición y la FLM mexicanas se suma”.

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