Las mujeres cubanas y su rol social

Ginebra (PL) Pocos países avanzaron tanto en la igualdad de género como lo ha hecho Cuba en el último medio siglo, gracias a las políticas aplicadas por el gobierno para garantizar el pleno desarrollo femenino y su rol protagónico en la sociedad.
Así lo constata el informe que la mayor de las Antillas presentó en Ginebra en este julio ante el Comité sobre la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés), un instrumento de la ONU que cada cierto tiempo permite evaluar a cada uno de los países miembros.
Según diversos estudios, antes del triunfo de la Revolución en 1959, las cubanas apenas representaban el 12 por ciento de la fuerza laboral, sin embargo en estos momentos la cifra se eleva al 48 por ciento en el sector estatal de la economía.
«El salto es espectacular, a tal punto que hoy no puede pensarse en la sociedad cubana sin la presencia femenina en la vida política, económica, cultural y en todos los sectores», declaró a Prensa Latina Isabel Moya, directora de la Editorial de la Mujer.
La también presidenta de la cátedra de género y medios de comunicación del Instituto Internacional de Periodismo José Martí recordó que en la actualidad Cuba se ubica entre los tres primeros países con mayor número de parlamentarias.
Ellas representan el 62 por ciento de los graduados universitarios y el 66 de los técnicos y profesionales de todo el territorio y son mayoría en otros sectores, como la educación y la salud.
Incluso, dijo, en la reunión de la CEDAW fue reconocido su papel en el deporte y recordó que la primera campeona olímpica latinoamericana es precisamente una cubana: la jabalinista María Caridad Colón.
La especialista en temas de igualdad de género explicó que todos estos logros han sido posibles por el desarrollo de las políticas públicas después del triunfo de la Revolución, en primer lugar por el acceso gratuito a la enseñanza y a los servicios de salud.
Otro paso importante lo constituyó la creación en 1960 de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), una organización que ha jugado un papel trascendental en el proceso de transformación social.
La también periodista destacó la visión del líder de la Revolución, Fidel Castro, quien desde los primeros momentos del triunfo planteó la necesidad de acabar con la exclusión por motivo de género y recordó el rol desarrollado por Vilma Espín al frente de la FMC.
En 1979, cuando la Asamblea General de la ONU aprobó la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), Cuba fue el primer país en firmarla y el segundo en ratificarla.
Hasta diciembre de 2012, un total de 187 países se habían adherido a este mecanismo y con ello asumieron el compromiso de tomar las medidas apropiadas, incluso de carácter legislativo, para asegurar el pleno desarrollo de la población femenina.
Asimismo, la CEDAW hace especial énfasis en el tema de la procreación, la cual no debe ser causa de exclusión, y en las disposiciones dirigidas a proteger la maternidad y el cuidado de los hijos.
Moya opina que la Ley de Maternidad vigente en Cuba desde hace varias décadas es una de las más avanzadas en el mundo porque garantiza a las trabajadoras una licencia de hasta un año y concede al padre la posibilidad de obtener este beneficio a partir de los seis meses de nacido su hijo.
«A esta ley yo le llamo de maternidad y de paternidad, aunque hasta ahora muy pocos hombres se han acogido a esta posibilidad», explicó.
Las cubanas tienen garantizado el derecho al empleo y reciben igual salario que los hombres por un puesto de trabajo similar, una conquista alcanzada desde hace muchos años y que todavía es un reto en gran parte del mundo.
Pese a los inobjetables avances, aún quedan desafíos en esta materia y entre ellos la especialista planteó la necesidad de terminar con la doble jornada de la mujer porque, además de su trabajo, todavía ellas son las responsables del hogar, la familia, la educación de los hijos y la atención a los ancianos.
Moya se refirió a la importancia de los medios de comunicación en la eliminación de estereotipos y en ese sentido recordó el rol de la editorial que ella dirige en el abordaje de diversos temas relacionados con las féminas.
«A veces se tiene una idea equivocada de que el enfoque de género se detiene solo en nosotras y eso no es cierto, tiene que ver con ambos sexos, y la idea es una propuesta transformadora, emancipadora de la sociedad toda», dijo.
Respecto al próximo congreso de la FMC, previsto para marzo, expresó que la entidad formada hoy por más de cuatro millones de afiliadas está llamada a fortalecerse y transformarse, pero su objetivo sigue siendo el mismo: continuar acompañando esa revolución que significa la emancipación de la mujer.

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