México, 29 jul (PL) El presidente de México, Enrique Peña Nieto, ratificó hoy la decisión de su gobierno de hace valer el estado de derecho en esta nación.
Postura asumida por el mandatario tras los sucesos ocurridos en Michoacán este domingo, cuando murió un vicealmirante de la Marina y su escolta en una emboscada, presuntamente preparada por una banda de narcotraficantes.
Peña Nieto presidió este lunes en la residencia oficial de Los Pinos la ceremonia de entrega del certificado de la Organización para la Educación, la Ciencia y la Tecnología (Unesco) como nuevo bien de patrimonio mundial natural 2013 de la Reserva de la Biosfera del Pinacate y Gran Desierto de Altar, del norteño estado de Sonora.
Desde ese acto el titular del Ejecutivo mexicano ratificó sus condolencias a las familias del vicealmirante Carlos Miguel Salazar, comandante de la Octava Zona Naval, con sede en Puerto Vallarta, Jalisco, y al segundo maestre Francisco Ricardo Hernández.
Sucesos como éste, dijo, en contra de las instituciones o de la ciudadanía reafirman la decisión del gobierno por hacer valer el Estado de Derecho en todo el país y construir el México en paz que nos hemos propuesto.
Aseguró que su administración trabajará con toda celeridad para detener y poner a disposición de la justicia a todos los responsables de los hechos en que perdieron la vida el vicealmirante y el segundo maestre.
También este lunes el procurador general de la República, Jesús Murillo, responsabilizó de esos hechos a la organización delictiva Caballeros Templarios, a partir de declaraciones de tres de los responsables de los hechos, actualmente detenidos.
Los tres individuos fueron capturados ayer tras un operativo coordinado entre efectivos del Ejército, Marina y policías Federal, Estatal y Ministerial.
Estos declararon que trabajaban para Caballeros Templarios en acciones delictivas como robo, extorsión, secuestro, señaló Murillo en declaraciones a la prensa.
A los Caballeros Templarios se les atribuyen características diferentes al resto de los cárteles mexicanos, pues además de las acciones violentas contra grupos rivales y pobladores para garantizar el dominio en el tráfico de drogas, ellos predican una fe religiosa propia y preconizan una causa política para ganarse a los pobladores, personas humildes y de grandes necesidades económicas.