General Cheyre sabía de los crímenes, aseguran voces en Chile

Santiago de Chile, 22 ago (PL) Caradura, falso y mentiroso son algunos de los calificativos con que varias voces hoy definen al exjefe del Ejército de Chile Juan Emilio Cheyre, quien renunció a su cargo de presidente del Consejo Directivo del Servicio Electoral (Servel).

La dimisión afloró en medio de cuestionamientos ciudadanos por su vinculación al caso de un matrimonio asesinado en diciembre de 1973 por una patrulla del Regimiento Arica, y ante las alegaciones Cheyre desconoció ese crimen, postura considerada aquí expresión de los llamados pactos de silencio de la jerarquía del Ejército.

El asesinato del argentino Bernardo Ledjerman y la mexicana María Avalos Castañeda ocurrió en momentos en que Cheyre era el ayudante del jefe de dicha unidad, y sin embargo alega que al ocurrir los hechos la versión que él conoció es que los jóvenes se habían suicidado con dinamita.

La pareja, que intentaba salir del país perseguida por la dictadura de Augusto Pinochet (1973-90), fue acribillada a balazos en la Región de Coquimbo, en presencia de su hijo de dos años, niño que luego sería entregado por el entonces teniente Cheyre a un convento de monjas.

Los cuestionamientos al general en retiro se acentuaron la víspera, luego de que en un cara a cara en televisión con aquel niño, el argentino Ernesto Lejerman, quien ahora tiene 42 años, Cheyre insistiera en decir que cuando lo entregó al convento, desconocía la verdadera causa de la muerte de sus padres.

«No le creo en absoluto, como no le creyó nadie en Chile, él fue parte de la cadena de hechos ilícitos que dejaron a Ernesto Lejderman huérfano, y huérfano abandonado», expresó este jueves la abogada de derechos humanos Carmen Hertz.

La letrada consideró que no es creíble, no es verosímil, que el ayudante del comandante, y el propio comandante, no supieran que esta pareja había sido asesinada a mansalva, como lo señaló el propio fallo de la Corte de Apelaciones.

Herz insistió en tener en cuenta que Cheyre era un oficial de inteligencia, ayudante del comandante del regimiento de la Serena, de donde partió la patrulla militar que asesinó a los padres de Ledjerman y que salió a cumplir su misión como parte de una operación planificada, con un informante incluso.

En opinión de la abogada, el hecho de que los tribunales de justicia no hayan establecido conductas delictivas de Cheyre en este caso, ello no significa necesariamente que así haya sido.

«No olvidemos que en el momento del fallo de la Corte de Apelaciones y de la Corte Suprema que sanciona a los autores materiales del crimen, Cheyre era el comandante en jefe del Ejército, y no nos engañemos, la influencia y poder que tenía eran muy grande», exclamó Hertz, entrevistada por el canal 24 Horas.

Por su parte, el también abogado de Derechos Humanos Cristián Cruz, querellante en casos relacionados con la operación Caravana de la Muerte, por la que también se cuestiona al general en retiro, calificó a Cheyre de caradura.

«Cheyre primero niega alguna actuación respecto a los presos políticos y después cuando es sorprendido dice que en realidad lo que él hacía era tener un trato humanitario, preocuparse por ellos. No dijo la verdad. Creo que Cheyre, disculpen la expresión, es un caradura», apostilló.

La Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD) había solicitado la renuncia del exgeneral a la presidencia del Servel, y junto con ello entregó una carta en la cual le solicita que colabore en el esclarecimiento de los casos de nueve mujeres desaparecidas, quienes se encontraban embarazadas al momento de sus detenciones.

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