Piden justicia en caso de religiosos pederastas en Dominicana

Santo Domingo, 12 sep (PL) Integrantes de organizaciones dominicanas exigieron hoy justicia contra los supuestos actos de violación sexual de menores de edad por el exnuncio apostólico Joséf Wesolowski y dos curas.

Frente a la Nunciatura Papal en una céntrica zona de esta capital se pidió que los culpables de «estos abominables hechos» respondan por ellos.

La banda de abusadores más grande del mundo; No más silencio, justicia ahora; Abajo el imperio del cardenal; y No más impunidad clerical, fueron algunas demandas expuestas en carteles durante la manifestación.

De acuerdo con varios de los participantes en el reclamo, sucesos como los denunciados y que involucran a Wesolowski han ocurrido desde hace mucho tiempo en Dominicana y sus autores no pagan por ello.

Al menos siete menores, cuyas edades van de 13 a 18 años, fueron identificados como víctimas de abuso sexual del exnuncio, reveló ayer el procurador adjunto Bolívar Sánchez, encargado de la investigación abierta la semana pasada.

Los testimonios son desgarradores, contundentes y delicados afirmó Sánchez, quien precisó además que el religioso llevaba un lustro en esa práctica.

Explicó que las víctimas tenían relaciones sexuales con Wesolowski, de origen polaco, a cambio de dinero, y sus padres fueron entrevistados también.

El abuso sexual contra niños, niñas y adolescentes es un delito grave con secuelas terribles que por lo general marcan para siempre la vida de un ser humano, consideró hace una semana la fiscal del Distrito Nacional, Yeni Berenice Reynoso.

Antes, el rector de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, monseñor Agripino Núñez, sostuvo que el comportamiento de Wesolowski motivó el fin de su misión aquí.

El Papa tiene bien claro el daño que eso puede causarle a un infante, por lo tanto cuando hay casos así la justicia dominicana debe actuar sin importar quien sea, subrayó.

La Corte de Apelación del Departamento Judicial de Santiago declaró la víspera en rebeldía al sacerdote polaco Wojciech Gil, quien huyó del país y está acusado de agresiones sexuales contra varios adolescentes.

Por los mismos hechos es investigado Juan Manuel de Jesús Mota, párroco hasta su destitución de la iglesia Cátedra de San Pedro, de Constanza, central provincia de La Vega.

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