Washington, 13 sep (PL) El Pentágono gasta más de 27 millones de dólares semanales para mantener la presencia naval incrementada en el Medio Oriente, ante la posibilidad de que la Casa Blanca ordene un ataque militar contra Siria.
El presidente Barack Obama ordenó a sus fuerzas continuar la amenaza bélica contra el gobierno de Damasco y estar listas para atacar al país árabe si fracasan las conversaciones sobre la iniciativa de Rusia y Siria de poner a disposición de organismos internacionales las armas químicas de la nación levantina.
La Armada estadounidense tiene en el mar Mediterráneo cuatro destructores con decenas de cohetes crucero Tomahawk capaces de golpear objetivos a unos dos mil kilómetros.
Además, en áreas cercanas a las costas sirias está el buque de transporte anfibio USS San Antonio con centenares de infantes de marina a bordo, señala el diario Stars and Stripes.
En las últimas semanas, la Armada estadounidense reforzó su presencia en la región del golfo Pérsico con el arribo del portaaviones Harry S. Truman, con dos cruceros coheteriles e igual número de destructores como buques escoltas.
Esta agrupación relevará a su similar, del USS Nimitz, pero este a su vez permanecerá en la región hasta nuevo aviso, pues su presencia sería vital en la eventualidad de un golpe militar contra Siria, que todavía se mantiene latente a pesar de las negociaciones entre Moscú y Washington.
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