A 40 años del asesinato de Víctor Jara, latentes reclamos de justicia

Santiago de Chile, 16 sep (PL) El 16 de septiembre de 1973 el cantautor chileno Víctor Jara murió acribillado a balazos a manos de militares golpistas, varios de ellos pendientes del castigo de la justicia, por la cual claman sus familia y muchas voces en el país.

A 40 años del crimen, los vicepresidentes del Partido Socialista Daniel Manouchehri y Daniel Melo instaron al gobierno del presidente Sebastián Piñera a que impulse las gestiones diplomáticas para que Estados Unidos extradite a uno de los exoficiales imputados por el asesinato, el otrora teniente Pedro Barrientos, residente en La Florida.

«Lo torturaron, humillaron y acribillaron, pero no sabían que su voz era inmortal. El canto valiente de Víctor Jara siempre será canción nueva. Pero recordamos a Víctor Jara no sólo para destacar su figura, sino además para levantar la voz porque sus asesinos están libres», exclamó Manouchehri.

Melo, por su parte, consideró que «el asesinato de Víctor Jara representa uno de los crímenes más crueles y cobardes de la dictadura cívico-militar que encabezó (Augusto) Pinochet».

La víspera, la viuda del músico, Joan Jara, rememoró el legado artístico y social del trovador, a quien señaló como símbolo de muchas cosas, de ahí que sea recordado con cariño y fuerza no solo por un gran número de sus conciudadanos, sino también a escala mundial.

«Yo agradezco mucho. No puede ser en el nombre de Víctor, pero lo siento así. Con Víctor en mi corazón doy gracias por este hermoso trabajo hecho con tanto amor; muchas gracias», manifestó la exbailarina y coreógrafa británica en la inauguración de una muestra pictórica homenaje, consistente en varios murales pintados en el Cementerio Metropolitano, donde fuera hallado el cadáver de su esposo junto al de otras tres personas.

Las actividades en honor del cantautor se extendieron hasta la medianoche del domingo, con un gran concierto en que participaron varios grupos musicales.

Tras el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 encabezado por el general Augusto Pinochet, la entonces Universidad Técnica del Estado fue cercada por tropas del Ejército, que ocuparon el recinto y apresaron a estudiantes y profesores, quienes fueron conducidos al Estado Chile, convertido en un centro de tortura y muerte.

Entre los profesores apresados se encontraba Víctor Jara, quien al ser reconocido por sus captores, fue sometido a interrogatorios, golpizas y disparos letales, incluso brutales maltratos a sus manos, con la idea de que de ellas no brotara música nunca más.

«Ay canto que mal me sales/cuando tengo que cantar espanto/espanto como el que vive/como el que muero, espanto/de verme entre tanto y tanto/momento del infinito/donde el silencio y el grito/son las penas de este canto», así describió la odisea en el entonces Estadio Chile el cantautor, en una parte de su poema escrito por esos días de encierro, junto a cinco mil personas.

Las cuatro décadas de la muerte de Jara encuentran a su familia inmersa en una batalla judicial dirigida a que sean sentados en el banquillo de los acusados todos los responsables del crimen.

En días recientes, los familiares presentaron una demanda contra Barrientos en un tribunal federal en Jacksonville, Florida, Estados Unidos, a fin de que se proceda a su extradición para que responda ante la justicia chilena por el crimen de Jara, quien cumpliría 81 años el 28 de septiembre.

La recta final de esta batalla judicial comenzó el diciembre de 2012, cuando el magistrado de la Corte de Apelaciones de Santiago Miguel Vázquez encausó a ocho exoficiales por ser autores y cómplices en el asesinato del artista, uno de los primeros, Barrientos.

Además de este, está sindicado como autor Hugo Sánchez, y como cómplices Roberto Souper, Raúl Jofré, Edwin Dimter Bianchi, Nelson Hasse Mazzei, Luis Bethke Wulf y Jorge Eduardo Smith.

El juez dictaminó la conducción del resto del grupo al Primer Batallón de Policía Militar y el arresto internacional de Barrientos, que hasta ahora no se hizo efectivo.

Los exmilitares residentes en Chile fueron arrestados en un inicio, pero luego recibieron la libertad condicional en espera de la vista oral.

En entrevista con Prensa Latina al abrirse la causa, Joan Jara reconoció la importancia del encausamiento, sin embargo manifestó estar consciente de los tropiezos a la vista.

«Se ha esperado tanto tiempo que uno como que pierde las esperanzas de que todo va a suceder muy rápido, pienso que van a existir tropiezos, que los van a soltar, no sé, tenemos que seguir muy alertas, y trabajar mucho para que realmente siga el proceso», consideró.

Joan recordó la negativa de las fuerzas armadas de Chile a contribuir al esclarecimiento de los hechos y por ende a la identificación de los autores directos y cómplices del asesinato, de ahí que en gran medida los resultados del juicio dependerán de la información que aflore en la vista oral.

«El careo entre esos exoficiales será muy importante para que el proceso siga adelante, ya que es posible que emerjan contradicciones en los testimonios y pueda ir saliendo a flote la verdad», expresó la exbailarina y coreógrafa británica.

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