Tegucigalpa, 18 nov (PL) Los ocho candidatos que se discutirán la Presidencia de Honduras el próximo 24 de noviembre comienzan desde hoy su cuenta regresiva, cuando esta medianoche inicien el silencio electoral.
Los 27 mil aspirantes que se disputarán el domingo venidero unos tres mil cargos de elección popular celebraron este fin de semana masivas concentraciones de cierre de campaña antes de dar paso al cumplimiento de la Ley Electoral.
Los partidos políticos de esta nación centroamericana solo podrán promover sus planes de gobierno a través de los medios de comunicación, sin mencionar el cargo para el que se postulan ni solicitar votos a su favor.
El presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), David Matamoros, aclaró que todo deberá transcurrir en calma y no con el bullicio vivido durante la campaña proselitista de los últimos tres meses.
El silencio electoral, concebido con la intención de darle la oportunidad al pueblo votante de tener cinco días de análisis de las principales propuestas de gobierno, debe ser respetado y caso contrario, el TSE impondrá cuantiosas multas a los partidos que incumplan la Ley Electoral.
Cerca de 5,3 millones de hondureños se preparan en la recta final para ejercer su sufragio en un ejercicio que definirá el rumbo de este país, donde el 70 por ciento de sus ocho millones de habitantes vive sumido en la pobreza.
En los comicios participarán, por primera vez, nueve partidos políticos, con ocho candidatos presidenciales debido a la alianza entre el Frente Amplio Político Electoral en Resistencia (Faper) y Unificación Democrática (UD).
La esposa del expresidente Manuel Zelaya, derrocado el 28 de junio de 2009, y el candidato del gobernante Partido Nacional, Juan Orlando Hernández, son los favorecidos en intención de voto si los comicios se celebraran hoy, según los más recientes sondeos de opinión.
En una encuesta publicada el pasado 24 de octubre, Hernández lideraba la intención de voto con un 28 por ciento frente al 27 por ciento de Xiomara Castro, lo que significa un empate técnico, dado que el margen de error del sondeo es de más menos 2,5 por ciento.