Debaten en ONU sobre revitalización de la Asamblea General

Naciones Unidas, 4 dic (PL) La Asamblea General de las Naciones Unidas analiza hoy los logros, retos y proyecciones en torno al propósito de revitalizar su gestión como el principal órgano deliberativo y de adopción de políticas de esta organización mundial. En la agenda de la plenaria de los 193 países miembros de la ONU sobresale el chequeo de la implementación de resoluciones aprobadas en los últimos años para fortalecer el funcionamiento de la Asamblea. Por más de dos décadas, la revitalización del órgano ha estado en la palestra, a partir del interés de la comunidad internacional en garantizar que se cumplan sus decisiones y se impida la obstrucción de su labor.

Entre los reclamos escuchados aquí está la necesidad de evitar que el Consejo de Seguridad asuma temas cuyo tratamiento corresponde a la Asamblea General.

También abundan los llamados a buscar mecanismos que velen por la aplicación práctica de las resoluciones aprobadas en su seno.

En recientes declaraciones a Prensa Latina, la representante permanente de Nicaragua en la ONU, María Rubiales, consideró que hay casos que demuestran la urgencia de garantizar que se cumpla la voluntad de la mayoría de las naciones.

Tenemos la cuestión palestina, que sigue sin resolverse, pese a estar en agenda desde la fundación de la ONU, y la del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba, dijo.

Rubiales recordó que la Asamblea respalda de manera casi unánime el levantamiento del cerco, criterio expresado en resoluciones aprobadas año tras año desde 1992, las cuales Washington ignora.

Ese mismo foro apoyó en noviembre del año pasado el ingreso de Palestina a Naciones Unidas como un estado observador no miembro, porque la aspiración de ese pueblo árabe de convertirse en el integrante 194 de la comunidad de países se ve frenada por la amenaza de la Casa Blanca de usar su veto en el Consejo de Seguridad.

La Asamblea General es el único órgano en el que todos los miembros de la ONU tienen voz y voto, y no existe el criticado derecho al veto que poseen en el Consejo Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Reino Unido.

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