Washington, 24 feb (PL) Activistas comunitarios inician hoy la campaña Ayuno por las Familias A Través de los Estados Unidos, la cual visitará más de 100 distritos comenzando en Los Ángeles, California, informaron los organizadores.
Según Cristian Ávila, un joven inmigrante invitado de la primera dama Michelle Obama al Informe Presidencial ante el Congreso, muchas personas en el país están hambrientas de justicia en nuestro sistema migratorio, el cual hasta el gobierno federal califica de no funcional.
En un comentario que publica este lunes el diario californiano La Opinión, Ávila señala que millones de familias en el país viven con el miedo de que sus padres puedan ser deportados, al mismo tiempo, precisa, que nuestro propio estado legal de la Acción Diferida para los llegados en la infancia es solamente temporal.
Esta crisis moral, ocasionada por nuestro sistema migratorio disfuncional, debe de ser arreglado. Ciudadano o inmigrante, joven o anciano, deben de participar en esta lucha y decirle al Congreso que apruebe una reforma migratoria con un camino justo hacia la ciudadanía, expresa.
Alerta Ávila que los políticos en Washington siguen jugando con este tema, pero necesitan un recordatorio de que en la comunidad latina, la inmigración no es un juego; es personal. Seguiremos estando presentes hasta que les llegue el mensaje y abran la puerta de la democracia para nosotros, subraya.
En su comentario el joven inmigrante abordó diferentes aspectos de lo que calificó de crisis humana que encierra «historias personales y las de millones de personas atrapadas en esta».
Agregó que en el recorrido de la campaña, líderes religiosos y de los derechos de los inmigrantes enfatizarán en la crisis moral del disfuncional sistema migratorio.
Mientras tanto, miles de jóvenes indocumentados y activistas pro inmigrantes anunciaron que pondrán la presión de su activismo en los próximos meses en detener las deportaciones y lograr una acción administrativa para los «no-dreamers» por cualquier medio de presión disponible.
Según Lorella Praelli, una dirigente de un grupo pro reforma, está claro que el presidente Barack Obama sí puede parar las deportaciones.
El curso de la reforma migratoria se encuentra detenido en el Congreso, donde republicanos y demócratas no terminan de ponerse de acuerdo para someter a votación una ley que regularice la situación de cerca de 11,5 millones de personas que se estima viven sin papeles en el país.