Brasil y la seguridad del Mundial de fútbol

Brasilia (PL).- El gobierno brasileño activó su esquema de seguridad en las 12 ciudades sedes de la Copa Mundial de Fútbol para garantizar el buen desarrollo de estos juegos y evitar el ingreso al país de barras bravas y actos de vandalismo.
Nos preparamos desde hace mucho y logramos la integración de todas las estructuras y fuerzas castrenses con el propósito de actuar de manera conjunta y prevenir cualquier tipo de adversidad o ataques químicos, cibernéticos y hasta nucleares, destacó el ministro de Defensa, Celso Amorim.
Se trata de un plan que involucra a 157 mil efectivos, 100 mil de las policías y las tropas de seguridad y 57 mil de las Fuerzas Armadas, destinado a proteger a los ciudadanos de este país, las selecciones extranjeras y visitantes que lleguen para el Mundial, el cual comenzará el próximo 12 de junio.
Cada una de las sedes cuenta con un Centro de Coordinación de Defensa, integrado por oficiales de las Fuerzas Armadas, las Policías federal y estaduales, que se encargarán de impulsar las acciones para velar por la tranquilidad pública.
Otras tres entidades regionales y una central, esta última instalada en Brasilia, trabajarán de manera coordinada y mantendrán comunicación directa y fluida para asegurar el éxito de la competencia.
Los operativos realizados en las fronteras previos al inicio del certamen permitieron asimismo la incautación de 40 toneladas de drogas y 21 toneladas de explosivos.
Los centros de Coordinación intercambian información con los diferentes cuerpos armados brasileños y de otros países, pues las autoridades federales se interesan por conocer a los miembros de grupos violentos, vándalos y barras bravas que podrían poner en peligro la celebración de partidos en los estadios.
El gobierno invirtió mil 900 millones de reales (854 millones de dólares) en materia de seguridad para la Copa, en la compra de medios tecnológicos, equipos de inteligencia, cámaras de alta definición y armas no letales.
La técnica adquirida servirá también para reforzar la vigilancia interna tras este torneo y será utilizada, además, en los Juegos Olímpicos de 2016 en Río de Janeiro.
Empero, este esquema de seguridad parece insuficiente para evitar que se registren movilizaciones durante la Copa, las cuales -según el ministro de Justicia José Eduardo Cardozo- serán garantizadas siempre y cuando no estén acompañadas de violencia.
Las manifestaciones que protagonizaron la semana pasada choferes y conductores de ómnibus disminuyeron en Sao Paulo, pero se extendieron por su región metropolitana y a otros estados, mientras el Movimiento de Trabajadores Sin Tierra (MTST) advirtió con trasladar el Mundial a las calles con sus marchas.
Los policías civiles y federales, quienes igualmente marcharon en reclamo de reajustes en los sueldos y mejores condiciones de trabajo, anunciaron que no cruzarán los brazos durante la magna cita; pero la justicia brasileña prohibió a los gendarmes realizar cualquier tipo de mitin durante los juegos.
El MTST y otros grupos sociales y populares movilizaron el jueves último a más de 15 mil personas por las calles de Sao Paulo y ratificaron que realizarán protestas masivas durante la Copa, si el Gobierno no atiende sus reclamos de viviendas.
Para uno de los dirigentes del movimiento, Josué Rocha, las movilizaciones son contra de la exclusión de los más pobres de la organización de este torneo, pues los recursos fueron para los estadios, donde las personas de bajos ingresos no pueden ni acercarse debido al alto costo de los boletos.
En opinión de las autoridades, las manifestaciones que puedan registrarse durante el Mundial serán mucho menores a las ocurridas el año pasado en el periodo de la Copa Confederaciones.
La impresión del Gobierno es que serán menos protestas, pero igualmente está preparado para asegurar tanto la celebración de un Mundial exitoso, como las movilizaciones pacíficas. mpm/lgo

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