Como resultado de las acciones de conservación a favor de la biodiversidad emprendidas por el Gobierno del Estado, a través de la Coordinación General de Ecología (CGE), cuatro diferentes especies de colibrí se alojaron en el invernadero del Jardín Botánico Tizatlán, donde encontraron condiciones óptimas de clima, vegetación y alimento.
Los colibrís son nativos de México, América Central y parte de Sudamérica, sin embargo el Jardín Botánico se convirtió en el refugio ideal para estas aves, ya que cuenta con un clima favorable para establecer sus nidos y reproducirse.
Ante ello, la administración que encabeza Mariano González Zarur concretó estrategias para preservar y proteger la flora y fauna de la región, de ahí que en este espacio se colocaron comederos, bebederos y se introdujeron plantas, así como flores de colores vivos, entre las que destacan rosas, buganvilias, geranios, corona de Cristo y anturios, entre otras.
A la fecha, la dependencia continúa con adecuación de este sitio, a efecto que los colibrís sean más y brinden una escena de la belleza que posee la naturaleza, a los visitantes.
Los colibríes poseen picos y lenguas más largas, las cuales les permite alimentarse de las flores en forma de tubo o trompeta.
De esta manera, el Jardín Botánico Tizatlán se consolida como un espacio de conservación y preservación de especies, vegetales y animales, que proporciona el lugar idóneo para la activación física al aire libre y la recreación familiar.
Fuente: Comunicante digital