La Habana, 15 mar (PL) Los diálogos de paz entre el gobierno y las insurgentes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) prosiguen hoy aquí, tras el reciente desmentido de que el proceso estuviese paralizado, como circularon medios de ese país.
La víspera, al acudir al Palacio de las Convenciones de esta capital, sede de las pláticas, el vocero de la delegación guerrillera Carlos Antonio Lozada confirmó a la prensa que las discusiones no estaban interrumpidas.
Su afirmación desestimó las versiones de rotativos colombianos que informaban de la paralización del proceso a partir de un supuesto comunicado del máximo líder de las FARC-EP, Timoleón Jiménez, en el que expresaba preocupación por la falta de avances en el tema de las zonas de concentración.
Según explicó Lozada, el documento es una circular interna emitida por el comandante en jefe de la agrupación ante el escenario derivado de la presentación de un documento por parte de la delegación gubernamental, que desestima los avances logrados en ese particular.
Ante esta situación se vieron frenadas las discusiones en la subcomisión técnica sobre ese punto de la agenda, comentó el vocero, al tiempo que insistió en que a pesar de ello, la Mesa de diálogos nunca interrumpió su actividad.
Lozada también aprovechó la ocasión para denunciar que Bogotá pretende imponer su visión en las conversaciones, e insistió en que las FARC-EP basan el éxito de las mismas en la bilateralidad de los acuerdos.
No se trata de pactar una rendición incondicional de la insurgencia, sino de consensuar un proceso de paz, puntualizó.
El delegado de paz de la fuerza guerrillera recordó que esta fue traicionada sucesivamente en el pasado por el Estado colombiano, por lo que reclamó el derecho a tomar las medidas pertinentes «para evitar nuevos engaños y ataques a mansalva».
Representantes del gobierno colombiano y de las FARC-EP buscan desde 2012 en la capital de la mayor de las Antillas una salida política al conflicto armado que los enfrenta desde hace más de medio siglo, como consecuencia del que han muerto unas 300 mil personas.
Como resultado de tales encuentros, ambas delegaciones lograron consensos en los temas de reforma rural integral, participación política, combate a las drogas ilícitas y reparación de las víctimas.
Actualmente abordan lo concerniente al cese el fuego bilateral, la dejación de las armas, y la desmovilización y reintegración a la sociedad de los ahora guerrilleros.
De igual forma, debaten en torno al mecanismo más adecuado para refrendar por la vía popular todo lo pactado en los diálogos de paz.